A propósito de la “inclusión” de Lino Korrodi Cruz como parte de del “pacto por la Unidad de México”
que es un ejercicio de López Obrador
por iniciar la transformación nacional con la más amplia participación social y
dado el nivel de “incidia” que los voluntariosos comentaristas nacionales y algunos
chayoteros y hasta francos
tiradores con micrófono han intentado lanzar para desanimar a
los que participamos directa o indirectamente en el proyecto y (especialmente)
a los simpatizantes del cambio verdadero, quisiera hacer algunas precisiones:
El cambio de una nación, de una estructura de gobierno
que ha
servido a pocos y olvidado a muchos lo hacen quienes votan, lo
hacemos quienes
convencidos de la necesidad de un cambio o desilusionados por la inoperancia
de las estructuras están hartos de ellas.
Quisiera realizar algunas precisiones respecto de “Amigos
de Fox” que desde 1998 inició con una plataforma electrónica en la que
el ciudadano (muchos ciudadanos que creían en la necesidad de un cambio, que
pedían a gritos sacar al PRI de Los Pinos, que estaban convencidos que el señor
Fox haría eso posible) se registraban y apoyaban (con recursos financieros y no
financieros) la posibilidad de ese cambio.
Pero como le acaba de señalar uno de esos ciudadanos al
pendejo con botas: “es
una lástima, tu tuviste la posibilidad, la oportunidad de matar al PRI y lo
dejaste vivir”, ahora les platico una anécdota: en 2000 me tocó ser funcionario de casilla, en una casilla de la zona conurbada, en
una zona industrial y comercial y entonces a las 8 de la mañana había más de 20
personas esperando votar, la mayoría de ellos empleados y obreros, con una sola
consigna “hacer el cambio” y pues entonces, el “efecto Fox” generó el “cinturón
azul”, hoy, la mayor parte de esas personas que en 2000 estaban
convencidos de la necesidad de “hacer el cambio”, no lo vieron
materializado.
Entonces el señor Muñoz Ledo se
“agregó”
a la campaña del pendejazo con iniciativa, con la clara visión de realizar una
de las tres premisas necesarias para lograr un trastrocamiento del sistema
nacional, quizá con la visión de regresar al programa del nacionalismo
revolucionario, pero seguramente para tratar de dar madre
al desmadre que existía (saludos Isaac)
A esa campaña, además de personajes como Porfirio, se
sumaros parte de las estructuras priistas e incluso un par de gobernadores con
esa filiación, muchos opositores y hasta algunos tránsfugas de todas las
fuerzas políticas, es más, se sumó a la campaña el PVEM (que ni es partido, ni
es ecologista, ni es de México) en un franco oportunismo político.
Entonces la ola azul “agregó” hasta a Marlboro
que sus comerciales se volvieron azules y con botudos (en una clara alusión),
marcas como Nestlé, Bital, Del Valle, El Universal, de manera franca y total y
muchas otras de manera velada indirecta
guiaron recursos (legales e ilegales) para apoyar a Fox.
En ese entonces se sumaron “personajes” como Elba Esther, Manuel Camacho, Ignacio Morales Lechuga, Jesús Ortega Martínez, Bernardo Ardavín, Julio Rubio, Paoli Bolio
y Macario Schttino. Una variedad de
ideologías y pensamientos que consideraron que una vez que Fox lograra sacar al PRI, lograría cambiar a México; hubo personas
de buena fe y personajes innombrables e impresentables como dijo alguien hace
unos días (saludos Fernando)
Hacer un cambio en México es impostergable, hay que sumar
y después decantar, hoy es importante que participemos todos los que
consideramos que es necesario retomar un camino de más ciudadanía y menos
partidocracia.
Es más si hoy se suma Vicente Fox agradezcámoslo, después
le agradeceremos su participación (como él lo hizo con Korrodi)
SALUD
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