Las mujeres, no solo tienen en su acervo biológico la honestidad, tienen además una gran capacidad de análisis desapasionado y pluri multidimensional de los asuntos a atender, una inmensa capacidad para delegar responsabilidades y no acelerar las decisiones.
Son pues analíticas, no viscerales como la señora Gálvez que pide dejar atrás las campañas pero sigue en su ánimo confrontativo como sí estuviera en la lucha por algo, pide acabar con las mentiras y con la propaganda pero escribe mentiras y difunde propaganda.
Inicia denostando las grandes obras realizadas e intentando, desde su muy pequeño espacio de poder, influir sobre las obras que se realicen o realizarán el próximo sexenio y no, no señora Gálvez, los mexicanos no estaremos a la disposición de la oposición para la realización de los grandes cambios de México.
Yo no pido energías limpias, es más, no me importan, espero sanas energías, energía humana capaz de ir al otro lado del río sin denostar, sin degradar, sin insultar, sin mentir, espero que México consolide o cuando menos avance en la consolidación de un Estado verdaderamente democrático.
En general las mujeres están dispuestas a escuchar, lo que no significa necesariamente cambiar su punto de vista, pues el conocer otros puntos de vista, les permite forjar de manera más clara su opinión o visión de los asuntos, por ello me parece cuando menos absurdo que la señora Gálvez piense que su verdad es la única verdad.
Salud
Te recomiendo
El dictador humano, según Televisa
Comentarios
Publicar un comentario