La primera parte de esta saga incluye
la agenda ciudadana, lo que los mexicanos debemos exigir a los poderes para
propiciar mayor equidad, una mejor calidad
democrática, mejores instituciones
electorales, con financiamiento
público diferente
y que el entiendan que el voto nulo fue
un castigo.
La segunda parte, revisa desde mi
perspectiva la agenda de los partidos políticos:
Hoy me gustaría tratar algunos
puntos referentes a las Candidaturas
Independientes; pues el “primer” caso moderno de candidatura
independiente es el presentado por Jorge Castañeda Gutman ante la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos y por esta a la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, a raíz de que “el Estado
Mexicano” le negó su inscripción como tal en el proceso electoral de 2006.
El desatino de la “justicia”
mexicana en el caso de referencia fue soberbio, pues aun y cuando el Juzgado
Séptimo en Materia Administrativa, aceptó que se violaban derechos fundamentales de Castañeda y las garantías
individuales, consagrados en la Constitución; acaba diciendo “el
juicio de amparo resulta improcedente” y finalmente la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, resolvió confirmar la sentencia recurrida y sobreseer el
amparo respecto de los artículos del COFIPE cuya constitucionalidad cuestionaba
el peticionario; es decir puso por arriba de la Carta Magna una disposición
legal inferior, el COFIPE.
La resolución de la Corte fue:
- adelantar las reformas legislativas y de otro orden que sean necesarias para adecuar su ordenamiento jurídico interno al artículo 25 de la Convención Americana, en particular las normas relevantes de la Ley de Amparo y el COFIPE, a fin de brindar un recurso sencillo y efectivo para el reclamo de la constitucionalidad de los derechos políticos.
- otorgar una indemnización al señor Jorge Castañeda Gutman por el daño derivado de la violación de sus derechos; y
- pagar las costas y gastos legales incurridos en la tramitación del caso tanto a nivel nacional, como las que se originen en la tramitación del presente caso ante el sistema interamericano.
Habrá que preguntar al “dignísimo” señor Castañeda cuanto cobró tras esa
resolución de la CIDH.
Las modificaciones constitucionales para dar paso a esta
figura jurídica, fueron publicadas hasta febrero de 2014 (apenas siete años
después de la resolución de la CIDH), muestra del acato a la ley y las “instituciones”
que tanto defienden nuestros representantes.
Pero, en la legislación secundaria que dejó de ser código
para convertirse en ley LEGIPE, se establecieron los requisitos para ser
candidato independiente, sólo para quienes estén interesados en ser Presidente
de la República requiere la firma del 1% del Padrón Electoral (parece que de
ese términó sólo se acuerdan cuando hay que beneficiarse) además el 1% en
cuando menos 17 entidades federativas y las firmas se deben obtener en 120
días.
Con ese parámetro un ciudadano deberá llegar con más de 800
mil firmas (de ciudadanos de TODO el país) para poder aspirar a ser registrado,
que serían los votos que obtuvo el PH en el recién concluido proceso electoral
y no conservó su registro. Las firmas
recolectadas para ser inscrito como candidato independiente a Senador y
Diputado Federal son similares, no imposibles, pero sí muy injustas
(contradictoriamente a los principios de equidad, igualdad e imparcialidad
electoral).
Un dato que poco se ha analizado es el destino del voto por
candidatos independientes, pues esa fracción de voto ciudadano no estará
representada en las cámaras, por lo que se convertirá en un mayor reparto de
las curules de representación proporcional para los partidos políticos, es
decir si los candidatos independientes no ganan, las fracciones de votación que
obtienen, son distribuidas entre los partidos políticos para la distribución de
las plurinominales y (por supuesto) para las prerrogativas.
Otro dato de inequidad en la competencia se deriva de que en
caso de rebasarse los topes de campaña en el periodo de la búsqueda de apoyos,
el aspirante pierde el derecho a ser candidato mediante la cancelación de su
registro, mientras que los partidos políticos sólo son sancionados en caso de rebasar
los topes de campaña a posteriori (a chivo pasado)
Pero incluso, si el candidato independiente logra ganar la
contienda, se convierte en Diputado o Senador de segunda, pues no gozará del
derecho de reelegirse, algo verdaderamente aberrante.
En fin, las leyes estatales son reflejo de la nacional y en
tal sentido, un equiparable de la misma; por lo que resultará urgente su
revisión y adecuación a parámetros electorales de normalidad.
Dejando de lado el asunto jurídico de las candidaturas
independientes, centrándonos en los “análisis” políticos de los casos de
éxito en las contiendas recién concluidas, el más común de ellos habla de la “puerta
que le abrimos al narcotráfico” y pues parece que esa puerta está
abierta con o sin candidaturas independientes, un cálculo conservador establece
que más de 800 de los 2,400 municipios (una tercera parte) está influenciado
por intereses económicos ilegales y un cálculo personal me indica que más de la
mitad de las estructuras administrativas estatales están muy fuertemente
vinculadas a actividades ilegales.
Otra de las críticas viene de “la inexperiencia” y pues
de los 500 diputados que habrán de asumir su cargo a nivel federal, menos de
200 (dos quintas partes o 40%) tienen experiencia, los otros 300 son personajes
que saltan de organizaciones políticas, corporaciones empresariales o
ciudadanas, organizaciones sociales y hasta de la farándula o de actividades
deportivas, sin mayor conocimiento respecto del trabajo legislativo.
El aletargamiento (para el caso de los ejecutivos) que puede
generar un “enfrentamiento” de los intereses políticos ocales contra el
titular que haya llegado por la vía de independiente; pero eso se da también
independientemente de que sea de partido.
La más “severa” de las críticas habla de
situaciones irregulares, que pudieran presentarse en las administraciones de
candidatos independientes, pero, por favor esas las vemos todos los días con
ejecutivos emanados de partidos políticos.
Lo que para mi si es importante, es que una parte
mayoritaria de la población, cansada de los partidos políticos y de los
políticos, deposita en una figura “independiente” la esperanza de un
mejor futuro y que quizá (sólo quizá) como en 2000 el “independiente” o salga
más mandilón que los que estaban o sea absolutamente incapaz de hacer lo que la
gente espera que haga; eso sería un verdadero retroceso al sistema que hemos
creado, pues pone en riesgo la estabilidad y propiciará o el absoluto
desencanto o verdaderas revueltas locales.
Ya México se cansó de políticos con o sin partido que no
hace lo que tienen que hacer.
SALUD
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