Desde hace años (es más desde siempre) el honorable
poder legislativo es una caja obscura en la que se reparte dinero (NUESTRO
DINERO) sin que siquiera tengamos derecho a preguntar en qué. SALUD
Recuerdo el cambio de cede que durante los debates de la
reforma constitucional al artículo 3 (y otros de menor trascendencia) se hablo
de millones de pesos, ejercidos en logística (termino tan socorrido para no
decir nada) y hasta en acondicionamiento (adornos florales) del salón alterno;
también me viene a la memoria el reciente caso de extorciones (sobornos o
moches, como quieran denominarlo elegante o no elegantemente) a las
presidencias municipales por parte de diversas fracciones de la cámara de
diputados.
No hace muchos años, salió a la luz pública la adquisición
de un parque vehicular (flotilla) cuyo costo unitario resultaba casi el 30 por
ciento superior al costo unitario en agencia para público en general y
entonces, recuerdo a nuestros mártires de la democracia (los
coordinadores de las fracciones y algunos ilustres diputados y senadores)
gritando “eso no se debe permitir, no volverá a suceder y actuaremos conforme a
la ley” SALUD
También recuerdo un cabildo en el qué las únicas votaciones
por unanimidad eran las referentes a aumentarse las percepciones, otorgarse
beneficios y prebendas. SALUD
Así nuestro congreso en lo único que puede ponerse de
acuerdo es en su beneficio, es en lo que obtienen o en como obtienen más y
comprueban menos, sólo por citar un caso, en el congreso del estado de México,
durante las últimas 4 legislaturas el promedio de comprobación del ejercicio
presupuestal anual es del 48 por ciento, es decir MÁS de la mitad de lo
ejercido simplemente se comprueba contra la firma de un diputados (de los coordinadores
de fracción o de los encargados de finanzas de las mismas) SALUD
Hace unos meses tuvieron oportunidad de cambiar esa
situación, pero las cámaras siguieron en la opacidad, en el enjuague de
asuntos, en la transacción bajo las escaleras o en los rincones. SIGUEN siendo una caja para repartir sin
temor a la sociedad, sin rendir cuentas, sin explicaciones y además sin la
posibilidad de que los ciudadanos podamos enterarnos de lo que ahí se pactó. SALUD
Todo ello viene al cuento pues el caso de los diputados
panistas bailadores y bebedores en Puerto Vallarta, puede haber sanciones por
“que afectan la imagen del partido” pero no porque hayan dilapidado (o
malversado) recursos públicos, pueden ser denostados públicamente por su
presidente nacional, pero no tienen la obligación siquiera de comprobar que no
fueron nuestros recursos los que usaron para tal evento. SALUD
Pero a los mexicanos nos queda “cobrárselas en las urnas” SALUD
Hace años, muchos años que los mexicanos descubrimos que
todo es el mismo juego, ellos se imponen multas multimillonarias, que después
pagan con NUESTROS mismos recursos, ellos “arreglan” las cosas en un rinconcito
y “realizan
pactos” para repartirse mejor el pastel y las migajas. SALUD
Ellos se castigan en público y se arreglan en privado (se
reparten otros pedacitos) mientras los mexicanos seguimos soportando su
ineficiencia, su estupidez y hasta su franca ratería
SALUD
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