Decía mi
compadre Don chato que “ni
todo el poder es absoluto, ni es perpetuo” parece pues que ya las
caducas estructuras del poder en México lo entendieron y se reagrupan aunque
sea para mantenerlo compartido.
Esas estructuras de poder buscan asirse de los pedazos de
tablas que flotan tras el naufragio, como viles ratas (como simples ratas o
como ratas simples) por un lado el PRI y el verdadero poder tras esa estructura
coloca, hace emerger, presenta al “impoluto” José Antonio Meade Kuribreña, así, sacado casi de la nada o del
todo, un integrador; al estilo del redivivo
o “el hijo pródigo” buscando aglutinar en torno a ese figurín a las fuerzas
modernizadoras nacionales.
Ya hace casi cinco años, nos “presentaron” su Pacto
contra México y nos lo vendieron como la panacea que: “transformaría a México en una
sociedad de derechos, en la que todos los mexicanos puedan ejercer los derechos;
fomentaría el crecimiento económico, el empleo y la competitividad; lograría la
seguridad y justicia; incrementaría la transparencia, rendición de cuentas y
combate a la corrupción (SALUD) y perfeccionaría las condiciones para una
gobernabilidad democrática” si hoy Peña,
Madero, Zambrano y Cristina Díaz
(alguien se acordará que ella era presidenta del CEN del PRI), sólo por esos
cinco postulados ¿Qué cuentas rendirán?
Ellos se pusieron de acuerdo porque era ineludible para
seguir mamando del presupuesto (cada quién su partecita) y así, como están
acostumbrados en las tinieblas, bajo poca muy poca claridad y sin transparentar
sus “acuerdos”
nos endilgaron una serie de “reformas” que ni cambiaron México,
ni mejoraron la condiciones, ni hicieron que creciera mas la economía.
Ahora ya traman su próxima unión (bueno aunque nunca se han descoyunturado)
el PAN, sabedor de que sólo no le alcanza (con una candidata posicionada en
20%) tiende redes desde la dirigencia nacional ahora en manos de los “negociadores”
de las
prostitutas que lograron la presidencia de la república a costa de los “ideales”
del partido; para “lograr un acuerdo” que les garantice mantener sus
prebendas.
Me informan que en el PVEM los dedos, las manos y hasta las
patas de Manlio buscan un espacio y
que desde las márgenes priistas y panistas ya se “invitó” a la señora Barrales
y a “otros”
liderazgos
para valorar la participación en un frente electoral conjunto contra Morena.
Desde la irrupción en la vida pública nacional de López
Obrador (situada en 2000) ha venido repitiendo de manera sistemática y
cotidiana, hasta el cansancio, que “todos son la misma
mierda” y ellos ahora se encargan de confirmarlo al unirse para
contender todos juntos, pues “el poder compartido, es mejor que la
carencia de él”
Según Weber la
representación de la sociedad, de las estructuras sociales de una comunidad
estaba en los estamentos o partidos que se da para representarla; México hoy
tiene una decena de partidos políticos nacionales y quizá cinco centenas más de
locales; cuenta con una legislación que permite la participación de candidatos
“independientes”; la “pluralidad” de la sociedad se
muestra en la capacidad de distribuir el poder entre los estratos de ella.
Pero en tanto que el poder es el verdadero fin último de
algunas estructuras que aunque dicen representar estratos diversos de la
sociedad y la manutención de sus prerrogativas, de los privilegios que ellos
mismos se han dado y que no quieren perder; sus pactos, sus acuerdos, sus negociaciones,
sus alianzas, sus arreglos y sus transas, son la única medida que conocen, son
los únicos mecanismos de aseguramiento de su permanencia.
El interés superior de los mexicanos “vale
madres”; hay que mantener a como dé lugar el poder y para ello, aunque
no representen un estrato poblacional, van a estar unidos contra los que no pensamos
como ellos (aunque ellos tampoco piensan de manera homogénea), no porque eso
sea mejor para México (como dijeron en el pacto de 2012) sino porque preserva
sus prebendas.
Una vez demostrado que SON
LA MISMA MIERDA, queda en nosotros echarla al caño.
SALUD
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