Hacia finales del siglo pasado, desde el norte de la
república (algunos dicen que liderados por Ernesto
Ruffo) vino un movimiento, una oleada de “los meones de agua bendita”
(denominación de Carlos Castillo, entonces Presidente de ese partido) o de “neopanistas” (según los “analistas”
políticos de la época) que al interior del partido se le denominó “los
bárbaros del norte”, muchos creen que no son panistas, que eran más bien
empresarios y hasta fanáticos religiosos metidos a la política y financiados
por el
Yunque, pero no hay evidencia firme de ello.
El caso fue que esa corriente de “pensamiento” más bien pragmático,
aunque según el propio Castillo
eran: “irracionales, fanáticos, provocadores y de una incultura que raya en la
barbarie” (de ahí viene su denominación), contaba con mucho apoyo
financiero, pero especialmente con desarrollo de imagen, eran productos empacados
para ser vendidos, un empaque bonito es capaz de vender hasta coca-cola decía
un subsecretario del “gabinetazo”.
Eran todo tipo de personajes sin filiación panista que usaba
al PAN para obtener victorias electorales, la primera fue de Francisco Barrio Terrazas, que en 1983 se
afilió al PAN, para ser candidato y presidente municipal en Ciudad Juárez
(dicen muchos que con una muy fuerte cantidad de recursos del cartel
de Juárez) después vino la famosa concertacesión de Baja California,
que hizo gobernador a Ernesto Ruffo,
también dicen que con gran cantidad de recursos del cartel de Tijuana
(también afiliado al PAN apenas unos meses antes) tras el famoso “fraude
patriótico” operado por Manuel Bartlett
en 1986 contra el propio Barrio.
La narco economía de los carteles de Juárez y Tijuana,
establecieron sus bases de lavado de dinero en Jalisco, en donde también el PAN
mejoró su eficiencia electoral hasta que en 1995 logró que Alberto Cárdenas llegara a la gubernatura (había sido alcalde de
Ciudad Guzmán en 1992 y se había afiliado al PAN en 1989); el mayor ejemplo de
esos personajes sin filiación panista, sin estructura de base y sin ideología
es sin lugar a dudas Vicente Fox,
que sin filiación panista (“recomendado” por la Asociación de
Industriales de Guanajuato, afín al PAN) es diputado federal en 1988, ya
afiliado fue Gobernador de Guanajuato y Presidente de la República.
Tras ello, una élite de “iluminados” se apoderó
del gobierno (dejando a los panistas a un lado) y después se apoderó de las
estructuras del PAN, colocando a Manuel
Espino como Secretario General del PAN y después como Presidente Nacional;
por cierto el Presidente nacional del PAN en 2002 fue Luis Felipe Bravo Mena, de la derecha cristiana y que había sido “asesor”
de la campaña de Manuel J. Clouthier
para gobernador de Sinaloa en 1986 y para la presidencia en 1988.
Los Bárbaros del Norte, algunos como Castillo Peraza) dicen que son dogmáticos cristianos (una prueba de
ello dicen es la dirigencia del PAN y la presencia de figuras de ese corte en
el gabinetazo de Fox); otros (pero
en voz muy bajita) que son infiltrados de los poderes fácticos en las
estructuras del PAN (también además de los casos de Ruffo, Barrio y Cárdenas; ponen el caso de Estrada Cajigal en Morelos de 2000) y
los menos, los consideran como visionarios, como “rompedores” del sistema y
hasta como iconos de la democracia nacional.
Sea como sea, los bárbaros del norte son un grupo de
personajes que pasaron por el PAN para obtener puestos de elección popular o
cargos administrativos menores en los gobiernos de esa corriente; Javier Corral Jurado, es parte de esos “militantes”
panistas que se beneficiaron de cargos menores y mayores durante las
administraciones de los Bárbaros del
Norte.
Su carrera se desarrolla en torno a Francisco Barrio,
primero en las campañas de este y después en las administraciones municipal y gubernativa;
fue propuesto por Barrio para una
diputación local y después para una federal, ahora es Senador de la República;
durante toda su carrera legislativa su “principal” tema es la comunicación y los medios de comunicación; se enfrenta al
poder fáctico televisivo (tratando de contrarrestar su poder monopólico)
teniendo la encomienda de “diversificar” el poder de los medios
y facilitar la entrada de “nuevos” jugadores; de permitir la
llegada de otros nuevos mega poderes hasta los medios de comunicación; se
inclina más por las posiciones perredistas como una estrategia que como
convicción; su fobia a la izquierda la manifiesta con claridad al decir: "Si el PAN no toma conciencia, AMLO se colocará con fuerza"
Pero Corral es parte de los grupos de poder económico que
infiltraron al PAN para ganar posiciones y proteger al narco poder.
SALUD
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