Hacia mediados de 1989 cuando Salinas ya había encarcelado a La Quina (la joaquina, como en
realidad era el apelativo) decidió ofrecer su primer gran viraje a favor de la
“democracia”
de México y entre otras cosas estaba limitar la capacidad de actuar del PRI y
sus estructuras en los procesos electorales locales a fin de contener el
descontento social en algunas entidades federativas, especialmente del norte
del país
La primera campanada se dio después del proceso electoral de
ese año en Baja California cuando Ruffo
fue reconocido como ganador del proceso y tanto la estructura local, como la
federal del PRI tuvieron que aceptarlo.
Entonces en algún momento, Salinas
expresó la posibilidad de asistir a la toma de protesta “como muestra de
civilidad política" SALUD
En aquel entonces el PRI (las estructuras hasta entonces
acríticas, amorfas y ajenas) decidieron unificarse para lanzar una embestida
contra Salinas; resultaba pues un
verdadero acto suicida que no llevaba a ninguna parte, pero que mantuvo tensión
durante unos meses; quizá el triunfo de los candidatos federales en el proceso
de 1991 logró la distensión.
Sin embargo, Salinas
no quitó de su mente la necesidad de “limitar” el actuar caciquil de las
estructuras partidistas, quizá por ello tuvo que aflojar su ímpetu y ceder en
casos paradigmáticos como Guanajuato y San Luis Potosí.
En realidad Salinas siempre consideró esas estructuras
caciquiles locales como parte de los resabios de una cultura política
acartonada y “muy atrasada” pero no pudo desmontarla a pesar de los esfuerzos
realizados.
Pasaron dos décadas, la presidencia se alejó del PRI y el
PRI dejó de tener la presidencia; en ese tiempo, las estructuras caciquiles
locales se fortalecieron, pues no tenían freno y se sintieron libres de actuar.
Para el proceso electoral federal de 2012 el PRI se
cohesionó en torno a un candidato que “les ofrecía la posibilidad de regresar al
poder” y tras la “victoria” del PRI en 2012 esos
grupos reclamaron su participación, querían la partecita de poder que creían merecían
por su cohesión y el régimen
simplemente los ignoró.
Desde hace unos días parece que algo se descompone al
interior de ese partido político, en principio pensé que Oceanografía era un
caso aislado que se les había salido de control pero parece que las diferencias
al interior de la estructura partidista se ahondaron, después vino el caso de Gutiérrez
de la Torre y en principio, por de donde venía consideré a posibilidad
de que Beatriz Paredes estuviera
tras el rimbombante caso.
El fin de semana se “destapa” el caso Jesús Reyna
García, un ex candidato de ese partido a la gubernatura del estado y
entonces Secretario de Gobierno (segundo a bordo) y a quien se le encargó la
gubernatura durante la ausencia del titular, no es una pieza desechable y menos
menor.
Entonces reconsidero la posibilidad de que desde el poder estén
minando las estructuras caciquiles locales, así como dije en los dos casos de
corrupción (Reyna y Gutiérrez) que se trataba de mandar
mensajes, creo que el mensaje es claro: “se alinean o se los lleva la chingada”
No es un ataque aislado, es una serie de mensajes que llevan
a la necesidad de mantener a raya al partido respecto del gobierno, son actos
dirigidos contra grupos específicos y son resultado de la necesidad de ganar
credibilidad ante la creciente pérdida de ella entre la población.
No son actos sólo para desacreditar a grupos, están
enfocados a “cambiar la percepción” y por lo tanto a lograr reponerse en 2015
de lo que puede ser una dolorosa pérdida del congreso federal.
Sin embargo, muy lejos de esa posibilidad, la división puede
llevar a una verdadera debacle.
SALUD
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