Revisando apuntes y documentos relacionados con el foquismo y con la información pública de las revueltas en medio oriente (Túnez, Egipto y ahora Libia); el progreso de los extremismos (Brexit, Trump y la Francia actual) y; la reconformación de las no ideologías. Considero necesaria la revisión de uno de los dogmas de la lucha revolucionario “no siempre hay que esperar a que se den todas las condiciones para la revolución; el foco insurreccional puede crearlas” (Ernesto Guevara, La Guerra de Guerrillas)
Sin lugar a dudas, el foco de la inconformidad (obviamente de clases medias y por razones muy diferentes) social en las diversas regiones y el alejamiento social de las estructuras de dominación partidista en México, fue el detonador de la revuelta social, primero; de la masiva votación por lo inesperado y; por el hartazgo social. Sin embargo, ese foco de inconformidad está respaldado por amplios grupos sociales y favorecido por condiciones objetivas y subjetivas de descontento generalizado en cada uno de los casos.
Hoy México vive, cuando menos en la percepción de un grupo (estrato) socioeconómico un momento de descomposición política importante, sin embargo, esa concepción no es compartida por las grandes agrupaciones sindicales nacionales, menos por la mayoría de las organizaciones partidistas o sus "dirigentes", ni por una amplia capa de los sectores organizados de la sociedad; es decir, el foco insurreccional, parece estar restringido a amplias capas de la clase media independiente (no subordinada) y a grupos de intelectuales independientes y algunas capas de profesionistas.
En 2000, una gran ola de populismo llegó a nuestro país para hesitar la conciencia social colectiva, pese a los doce años de dominio de la derecha (aunque en realidad son casi de 30 en total) y del deterioro de las condiciones sociales y económicas; a la desactivación de las estructuras corporativistas de control sociopolítico existentes y a un impresionante desgaste de la política y más de los políticos.
No encuentro una sociedad mexicana organizada, capaz de hacer sentir su inmensa desesperación ante la caída de su capacidad de compra; ante la violencia; ante las manifestaciones de deterioro político; ante la ingobernabilidad; ante el deterioro de las condiciones de vida de cuando menos 60 millones de compatriotas en pobreza y más de 25 millones en pobreza extrema.
Mi condición de eterno vagabundo me hace viajar de manera permanente a comunidades de la Montaña de Guerrero o de la Región Triqui (de Oaxaca) o a las Huastecas; incluso a El Mezquital o a La Huacana, la desesperanza de los pobladores de esas regiones de nuestro México es tal que de manera abierta manifiestan la necesidad de salir a matar opresores, de armar la revolución como único camino viable para salir de su ancestral atraso, es más, en algunas de esas comunidades ya hay organización guerrillera que sólo espera la chispa que detone, el momento de la decantación e incluso una excusa nimia para el arrebato violento.
Una mañana en una comunidad de Nombre de Dios (en Durango), un grupo de jóvenes (algunos aun niños) jugaban a intercambiar música en sus celulares y me acerqué a ellos para preguntarles respecto de la procedencia de los aparatos, alguno de ellos respondió “por aca compa, vienen los narcos a dejar todo lo que no les sirve” y me propuso la venta de un arma a lo que respondí sorprendido “¿a poco tienes armas?” “claro, la que quieras, nos preparamos para cuando se armen los madrazos”
En unos cuantos minutos regresó con una bolsa de mercado y tres armas automáticas (de uso exclusivo del ejército) envueltas en trapos y en casi perfecto estado.
En los últimos días he recorrido unas 30 localidades de la Montaña de Guerrero, hay una inmensa cantidad de armas y conciencia, ¿es tiempo del cambio de estrategia?
La pregunta es si esas comunidades y otras de mayor nivel de desarrollo económico han generado el acopio de armas (como resultado de la guerra del Gobierno Federal contra los grupos de delincuencia organizada) y cuentan con un nivel primitivo de conciencia social, ¿estamos en tiempo de desatar el foco que provoque la insurrección general?
No hay experiencia en el mundo, que lleve a la revuelta social, al cambio insurreccional sin la participación decidida y comprometida de la clase obrera, quizá por ello desde 1985 las estructuras gubernamentales han trabajado en la cooptación de esas estructuras de poder, hoy las grandes centrales corporativistas actúan según manda el amo y el amo es el gobierno, ese gobierno que de manera sumisa entrega nuestros recursos de manera discrecional a las grandes centrales obreras y campesinas, en lugar de hacerlos llegar a los campesinos y obreros o trabajadores del país.
Un verdadero cambio es secar al gobierno, evitar que reparta prebendas por una parte a las estructura corporativista y por otra a las grandes corporaciones monopólicas a cambio de protección, esa protección que le ha hecho inmune al desgaste y, hasta ahora insensible a la necesidad de los que los mantenemos.
Observo un país sin capacidad de cohesión tras los resultados y con una gran volatilidad hacia la violencia.
Digo, como Colosio en 1994 un México con hambre de justicia, es más, un México con mucha hambre, una población sin esperanza y con la violencia a flor de piel.
Escucho al señor Ochoa Reza (al que le pagamos como presidente del PRI) gritando que el ratero está enfrente; me impresiona la capacidad de mimetizarse del imberbe o imbécil de Ricardo Anaya, escupiendo al cielo; veo una estructura jurisdiccional muy proclive a gastar cartuchos en zopilotes muertos y una absoluta incapacidad del poder legislativo para hacer (construir) acuerdos y veo a un mexicano cada vez más desencantado de todos ellos.
El foco que detonará la insurrección ya está aquí.
SALUD
Te recomiendo
Comentarios
Publicar un comentario