Ya la “justicia” mexicana procesó, juzgó y
sentenció al culpable, es un hecho jurídico y caso cerrado (aunque el
expediente está “convenientemente” en reserva) cuatro tomos de la indagatoria se
hicieron públicos y algunos los leímos; algunos se convencieron de que Aburto asesino a Colosio y no hubo nadie más que interviniera en ese magnicidio.
En lo personal soy agnóstico y en tal sentido acepto la
verdad jurídica como un hecho real que prueba lo que se quiso probar, una vez
dicho lo anterior y en tanto que las razones del homicidio parecen ser algo así
como un individuo que ese día decidió enfundarse una pistola y asistir a un mitin
en donde sin mayor explicación que el “ser famoso” sacó la pistola y
disparó sobre un candidato a la presidencia de la república, me sigo preguntando
¿quién mató a Colosio?
Los actores de este acto humano son producto de las desigualdades,
de las diferencias, de los desequilibrios
de una sociedad que desde hace mucho tiempo ha generado como producto del
abuso, de las distorsiones, de las grandes complicidades.
Mientras Aburto
era el resultado de un conjunto de circunstancias que tenía a esa familia en el
borde de la miseria; Colosio podía
ser puesto como ejemplo (de hecho era puesto) como resultado de la “cultura
del esfuerzo”, como si los Aburto no hubiesen hecho suficiente
esfuerzo. SALUD
México y sus
inmensas distancias entre los que lo conforman, permite que una niña
indígena sea sometida, traslada hasta una comisaría y presentada ante un ministerio
público por robarse una botella de agua; pero hace invisible que un señor “muy
influyente” (nieto de un administrador de una aduana) dueño de una
compañía de aviación, actúe fraudulentamente.
México en donde millones de personas trabajamos
cotidianamente con la intención de sobrevivir, de forjar un patrimonio para
nuestra familia; mientras que un puñado de “funcionarios” públicos cada seis
años saquea las arcas y luego se presentan como “salvadores” de la patria.
México en que millones de familias Aburto, entregan su parte de contribuciones públicas para que
cientos de familias Colosio (Villanueva, Hank, Yunes, Murat, Anaya, Duarte, Moreira, Zavala, Meade y tantos otros) vivan
cómodamente.
Encontremos al culpable del asesinato en donde está, en la
inmensa diferencia entre los grupos sociales que conforman a esta
sociedad. Tomemos ese hecho histórico
como referencia y asumamos que mientras esos cientos de familias sigan controlando
y ominando a los millones de familias que hacemos posible este país, seguirán
los casos de inconformidad y quizá los asesinatos de los abusadores, aunque sea
como parte de una venganza inútil.
Siempre tendremos justificación para actuar de manera violenta, mientras ellos no dejen de hacerlo.
Este es una síntesis de un trabajo más completo que puedes descargar en PDF.
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SALUD
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