Ayer Jesús
Silva-Herzog Márquez publicó “una crítica” columna en la
que quizá su mayor “aportación sea: “La revolución de las comunicaciones ha sido
muy buena para la libertad de expresión pero despiadada con la prensa” SALUD
Si en genérico entendemos por prensa al artefacto elaborador
de impresos, puedo hasta estar de acuerdo con él (es más seguramente ya son
objetos de museo) de hecho, desde la “aparición” y popularización de la
radio, se dijo que los medios escritos “inexorablemente” desaparecerían,
pues la voz corre más rápido que la tinta y la noticia deja de ser noticia
cuando se difunde por medio de la radio, pero llegó la televisión y ahora la
internet y parece que los medios impresos se resistieron a morir.
Ahora hay una crisis que él ve en los valores de los diarios
(o periódicos cuando no son diarios) y en la contradicción propia del negocio
de la información escrita, es decir, la dicotomía entre lo que el lector espera
y lo que el medio ofrece, el “enfoque” que presenta es interesante al decir: “El
compromiso de un periódico es con sus lectores y no con los intereses particulares
de sus propietarios” pero finalmente el compromiso de cualquier negocio
es con sus propietarios, pues son ellos los que deciden hacia que estrato
poblacional se dirigen, son ellos quienes definen su objetivo y son ellos
quienes marcan la publicación para ese estrato poblacional.
“su diario” como él mismo lo describe, decidió (desde su
nacimiento) dirigirse a un público culto, a un público joven y mediano en edad,
con nivel de ingresos medios y superiores, de zonas urbanas. Su diseño, desde el principio fue para alagar
a ese público, para llevar imagen de impacto que atrajera la atención de su
objetivo.
Si recordamos otros periódicos (sólo por citar) el diario “La
Prensa” se dirige a otro estrato poblacional y su edición se enfoca en ese
sentido; la “Segunda de Ovaciones” tiene incluso una marca (que para el público
al que no se dirige, es un estigma) o el semanario “Alarma” tenía su propia
mira editorial y su público.
Lo que hace esa política editorial para ese público objetivo
de una publicación impresa, es el periodista, son sus plumas, es la tendencia
ideológica, su posición ante la realidad; así cada periódico encuentra su nicho
de mercado, lástima que Grupo Reforma haya decidido por un estrato poblacional
en proceso de extinción en México.
Grupo Reforma apostó a la “modernización” de México y sin
embargo, el proceso de nuestro país fue a la pauperización; ellos cobran por
algo que los mexicanos NO podemos pagar, por estar informados, ellos hacen “periodismo”
para los informados y México se informa a partir de alternativas (opciones) más
accesibles, pero sobre todo más creíbles, ellos ven un México culto, pero
nuestros mexicanos apenas tienen 8 años de educación en promedio.
Él tiene derecho a quejarse, nosotros a adquirir el medio y
a aceptar o no pagar por leerlo.
SALUD
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