Mártir de Cuilapan, otro sitio que puede acabar en baño de sangre

El municipio (uno de los 81 del estado) en la zona serrana más intrincada del territorio estatal, olvidado hasta por su historia, pues lleva ese nombre en honor a Vicente Guerrero (que inspira el nombre del estado) y de la localidad en que fue fusilado, por cierto esa localidad es del estado de Oaxaca.  Está tan olvidado que “naiden” de ha acordado que es colindante con el municipio de Tixtla y de manera muy cercana con el de Chilapa.

Es “estratégico” porque está a la mitad de los territorios de los Guerreros Unidos y Los Rojos; dos de los grupos o células del crimen organizado que desde hace ya casi 10 años mantienen control territorial, administrativo y hasta social en esa zona del estado.

Puedes revisar al respecto: Chilapa y otros municipios a tres fuegos y Guerrero, la disputa de un territorio.

Está tan olvidada que para el “gobierno” de Peña Nieto, en julio de 2013 se convirtió en el Chalco de Carlos Salinas y ahí, en la comunidad de La Esperanza se puso en marcha el programa “Cruzada contra el hambre” y está tan marginado que en esa localidad de unos 2 mil habitantes el 36% es analfabeta y más del 50% de los mayores de 15 años no terminaron la primaria; otros indicadores del nivel de olvido del municipio es que más del 80 por ciento de su población habla lengua indígena (náhuatl de la Montaña) que sólo una de cada 10 viviendas cuenta con agua entubada.

Es un municipio tan ignorado históricamente que de sus 19 localidades, sólo  (aparte de la cabecera municipal) sólo Apango (cabecera municipal); Zotoltitlan y Hueyitlalpan están comunicadas por una vía pavimentada; hay localidades grandes (más de 2,500 habitantes) más grandes que La Esperanza; a las que sólo se puede llegar por vías pluviales (Río Balzas) bueno, ir a La Esperanza, desde la cabecera municipal que sólo está a 13 kilómetros se pueden hacer hasta 2 horas en tiempo de lluvia con vehículo adecuado y hasta una hora en condiciones favorables,

Bueno, pues desde hace unos cinco días los habitantes de la cabecera municipal Apango (con unos cinco mil habitantes) “tomaron” el palacio municipal y mantienen “retenido” (palabreja tan vaga e imprecisa usada ahora por la “autoridad” estatal para referirse a los levantados y secuestrados en Chilapa) al Presidente municipal, cuyo nombre es José Guadalupe Rivera Ocampo que llegó ahí impulsado por el PRD y ha recibido de parte de la federación unos 30 millones de pesos desde 2013, sin que se hayan traducido en alguna mejoría para su población, aparte de que se pintaron casas en la plaza central y se “arreglo” el jardín.

En realidad es un títere de Ángel Aguirre y de la organización criminal de “Los Rojos” que simplemente fue puesto ahí para cuidar los intereses de esa organización criminal y evitar enfrentamientos; es una figura de decoración para la familia Nava, que desde mediados de los 80 (pura casualidad como pueden darse cuenta) ha mantenido el control caciquil del municipio y hoy sus vástagos (Leonor “El Tigre” Nava Romero y Raúl Zenén “El Chaparro” Nava Sánchez) son parte de la organización criminal.

Bien, el agua, es sólo un pretexto (el rodeo) de la organización criminal para llamar la atención del gobierno estatal, la operación de Ángel Aguirre Rivero y su “hermanito” Delfino Aguirre Rivero, para obtener (seguir obteniendo) recursos federales sin contraprestación alguna.

Desde Apango hasta Chilapa hay unos 10 kilómetros que se recorren en 15 minutos  pero desde Apango hasta el Río Balzas (límite del municipio de Mártir de Cuilapan) también hay unos 10 kilómetros de sierra, sin poblaciones humanas, de sierra a la que sólo entras con salvoconducto; ahí los Nava y Los Rojos tienen sembradíos y mantienen en condiciones de esclavitud a unos 300 pobladores para “atenderlos” todo ese territorio según me dicen produce unos 100 millones de pesos al año de estupefacientes y deja una “derrama” local de unos 4 ó 5 millones para sus pobladores; un gran negocio que atiende un señor de nombre José Guadalupe Rivera, que hoy se dice retenido por sus electores de hace tres años.

Ahí hay tanto descontento social que en cualquier momento explotará la violencia y seguramente costará vdas como en Iguala.

SALUD

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