Al poniente de Chilpancingo, a unos 50 kilómetros de la
capital del estado por la carretera federal 93 a Tlapa, bien comunicada y con
una población de unos 125 mil habitantes y más 30 de mil de ellos asentados en
la cabecera municipal; menos de la mitad de la población total cuenta con algún
servicio de salud institucional; cuenta con un nivel de analfabetismo del 10
por ciento y un nivel de eficiencia terminal de educación primaria del orden
del 50 por ciento, es decir la mitad de los alumnos que ingresaron seis años
antes la terminan.
Su población vive en términos generales de las actividades
primarias, pero hacia mediados de los 80, varias familias comenzaron a
organizarse para la siembra, producción y distribución de la mariguana y la
extracción de la goma que desprende la amapola; al frente de esas familias
entonces se distinguía a miembros de las familias Ortega y Pineda.
Siendo presidente municipal de Chilapa en su primer periodo
(1981-83) Raúl Homero González Villalva,
las actividades ilegales iniciaron en la parte más oriental (hacia Tlapa) del
municipio y la siembra de estupefacientes se realizó hacia el sur de la
cabecera municipal, hacia las comunidades de Ayahualulco y Tlacoapa, así como
el parte del territorio de Quechultenango; ya para el segundo periodo del
personaje anterior (1987-89) logró un “acuerdo” con Aristarco Prudente Corona, presidente municipal de Quechultenango,
para la transportación del producto hacia el puerto de Acapulco.
Ese mecanismo ilegal, solapado e incluso propiciado por la
autoridad municipal (de ambos municipios), “tolerado” por la
autoridad estatal de Alejandro Cervantes
Delgado y José Francisco Ruiz
Massieu e “invisible” para la autoridad federal de De la Madrid y Salinas,
poco a poco fue creciendo, pero después, cuando la acción gubernamental federal
cerró espacios y cada nivel de gobierno exigió parte de las “ganancias”
inició una contienda por las rutas y las familias se convirtieron en pequeños cárteles
locales, hasta que a principios de los 90 en que Jesús Nava Romero establece una alianza con el cartel de los Beltrán Leyva.
Por cierto Nava
Romero es originario del municipio de Leonardo Bravo (más cercano y al
norte de Chilpancingo) y tenía muy buenas relaciones con la estructura
administrativa de Ruiz Massieu; su
capacidad de operación se vio disminuida con la administración de Rubén Figueroa y el interinato de Ángel Aguirre; de hecho al final de ese
interinato, se propone la partición del municipio de Chilapa, para que la
comunidad de ajaosé y otras se convirtieran en el municipio Joaquín de Herrera
en junio de 2003; quitando parte importante del negocio a Nava Romero.
Sin embargo a la muerte de diciembre de 2009 en que matan
(abaten) a Arturo Beltrán Leyva y en
el mismo evento a quien dicen se había convertido en su gran operador regional Nava Romero la frágil estructura
criminal guerrerense se parte, la principal fuerza se convierte en “Los Rojos”
asumiendo el sobrenombre de su líder y operador.
Édgar Valdez (a) La
Barbie que también es parte de esa organización criminal ya había “negociado”
con Ángel Aguirre (entonces Senador
de la república) y con Zeferino Torreblanca (gobernador en funciones) para
quedarse con parte del territorio de Nava
Romero, de hecho, hay una versión de que fue precisamente La
Barbie quien entregó a Arturo
Beltrán y Jesús Nava.
Otra parte de la estructura de Nava Romero, se traslada hacia el norte Iguala, Cocula y Tepecoacuilco;
los que ahora conocemos como los responsables de haber coptado las estructuras
administrativas de esos municipios y que se conocen como Guerreros Unidos.
Hoy Los Ardillos son parte de las
estructuras de La Barbie (detenido
en 2010) que habían sido reducidas a las zonas limítrofes con Oaxaca y Puebla y
que desde hace algunos meses han venido adquiriendo tierras (no comprando sino
sometiendo a los propietarios) en los municipios de General Heliodoro Castillo,
Leonardo Bravo, Tixtla y José Joaquín de Herrera; logrando una producción
importante al amparo de la autoridad estatal de Ángel Aguirre; pero que desde hace unos meses está enfrentada con
todas las autoridades locales.
Sin embargo, Los Ardillos tienen su principal
activo en Bernardo Ortega (miembro
segundo de la generación de los Ortega
y Pineda que a finales del siglo
pasado iniciaron la producción de marihuana en la región que nos ocupa) Presidente
del congreso estatal y buscan retomar territorios.
Ese es el panorama que hoy enfrenta Chilapa, en donde un
grupo de hombres armados de Los Ardillos, llearon a levantar a unos 30
pobladores y simplemente (tristemente) seguro aparecerán muertos dentro de unos
días; en donde otro grupo de hombres armados ingresó a la cabecera municipal de
Heliodoro Castillo, Tlocopepec y mató a unos 10 pobladores; en donde un grupo
de homnres armados del mismo grupo, es capaz de detener a un candidato a la
gubernatura y de asesinar a un candidato a la presidencia municipal.
Ahí, es esa tierra dominan los grupos del crimen organizado,
llámense como se llamen y sean quienes sean las autoridades municipales.
Por cierto, Beatriz
Mojica Morga candidata del PRD, bien asesorada por Ángel Aguirre, tiene muy buenas relaciones con una de esas
estructuras criminales en Ayahualulco,
(localidad de Chilapa) realizó muy buenas amistades; ahí hay siembra y
procesamiento de estupefacientes desde hace cuando menos tres décadas y desde
ahí llegaron esos hombres armados que se llevaron a hombres jóvenes de Chilapa
de Álvarez.
SALUD
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