Anuncia el Gobierno
del DF que en marzo arranca el programa “Aliméntate” (“Sin
Hambre”, pero recargado) dice el GDF que está levantando con apoyo de
INEGI y Coneval una encuesta y que: “Ya terminamos la primera parte del censo;
tenemos los expedientes de las primeras 28 mil familias que cumplen con las dos
condiciones para integrarse a Aliméntate: vivir en pobreza extrema y con
carencia alimentaria”, aunque el INEGI considera que en total hay unas
40 mil familias lo que representaría más de 160 mil personas en pobreza extrema
en el Distrito Federal “Ciudad de Vanguardia” SALUD
Señala entre lo encontrado hasta ahora: “familias
que no han probado aumento en dos o tres días, que habitan en cuartos
construidos con láminas de asbesto, cartón o madera de no más de tres por tres
metros; pequeños que pese a vivir a unos metros del Zócalo no han sido
presentados al Registro Civil; otros, habitantes de los márgenes de la ciudad
que para ir a la escuela tienen que caminar de 30 a 60 minutos”
Claro, sin hablar de los niños que no van a la escuela (en
pleno centro de la ciudad por que carecen de documentación básica); niñas de 12
años embarazadas y viviendo en coladeras; adultos mayores abandonados por sus
familias, recogiendo desperdicios para alimentarse y durmiendo bajo un puente
vehicular.
Sin ser muy exactos en las cifras (aunque conociendo algo al
respecto) estamos hablando del 5% de la población del DF, uno de cada 20
pobladores de la capital del país. SALUD
Esa ciudad “Patrimonio de la Humanidad” que es “ejemplo”
mundial de “equidad” muestra un estrato poblacional sumido en la pior
(así) de las distinciones, como si fueran de otra parte, ahí, se ubican
poblaciones en las cañadas de Cuajimalpa y Magdalena Contreras que todavía
transportan agua para sus requerimiento básicos; se ubican localidades de Tláhuac
o Xochimilco que no cuentan con servicios básicos de educación o salud y cuyos
costos para acceder a ellos son impagables.
SALUD
Esas imágenes que disfrutan los que ven la TV de una Paseo
de la Reforma pleno y una Alameda Central remodelada, pagado con recursos de
todos los mexicanos o aquellas que muestran un metro limpio y bello o un
metrobus eficiente y de bajo costo, son sólo las imágenes que nos vende la
propaganda oficial, pues uno de cada 20 capitalinos no ven a su ciudad así, es
más simplemente no la ven, no la disfrutan, no la conocen, no viven más que
para sobrevivir en ella. SALUD
Hace unos días, en una unidad de transporte de la zona norte
de la ciudad, un par de delincuencillos de poca monta se subieron con un arma y
asaltaros a los pasajeros (parece que ahora esa actividad se realiza en las
madrugadas, cuando no hay vigilancia policiaca) y tras toquetear a las mujeres
del transporte y quitarle los centavos (no podía ser gran cantidad) al
conductor, dispararon al aire para “informar” a los pasajeros que NO
INTENTARAN denunciarlos (aunque todos –incluida la “autoridad”– saben que
viven en los derechos de vía del Ferrocarril de la zona de Atlanpa), seguramente
parte de estos capitalinos en pobreza extrema que viven en chozas de cartón de
apenas tres por tres metros.
Ahí, en esos derechos de vía, como en las laderas de las cañadas,
como en los edificios “tomados” por organizaciones
indígenas –reales o de membrete– de
López o Liverpool, la “autoridad” omisa, ocultó la cabeza
bajo la tierra, esperando que el “problema” desapareciera y el
problema NO desapareció.
Ahí las organizaciones criminales que no existen en la
ciudad de México reclutan jóvenes para transportar estupefacientes y para “ofrecerlos”
a la entrada de las secundarias del Distrito Federal.
Esos jóvenes que después envalentonados por una dosis de
esos estupefacientes y con un arma se suben a una unidad de trasporte público
para “asaltar” pasajeros disparando primero al aire y después como si
nada sobre un conductor o un pasajero. SALUD
Esos jóvenes que al tratar de “independizarse” de las organizaciones
criminales que no existen en la ciudad de México, acaban matando por encargo y
por unos cuantos pesos.
Pero esto es y pasa en la Ciudad de México “Ciudad
de Vanguardia” SALUD
Imaginemos ahora lo que pasa en un país, en donde la
población en esa circunstancia es mucho mayor al 5% y las condiciones de vida
seguramente son mucho más difíciles de sortear, lo que pasa en las colonias
marginales de los municipios aledaños a la ciudad de México o de Guadalajara o
de Monterrey, en las cuales si existe la delincuencia organizada y recluta
jóvenes para trasportar, “engancha” a otros para vender y “especializa”
a otros para secuestrar, extorsionar y matar a quienes los denuncian o se opone
a sus actividades o al pago de los derechos que ellos marcan. SALUD
Un país lleno de desigualdad, un país en el que las
actividades culturales, recreativas y deportivas de una amplia franja de
población han sido sustituidas por horas de TV, por horas de “información” de
violencia; de hecho el problema real no es que esas horas hayan dejado de
existir, sino que la adrenalina, la liberación de la carga energética básica de
esa parte de la población, ahora se hace frente a un aparato de TV viéndola cantidad
de muertos y decapitados que nos “ofrece” el menú editorial nacional.
Esos jóvenes que ven como la impunidad domina a la vida
nacional, ven (o consideran) que fácilmente pueden robar, secuestrar o matar,
sin consecuencia alguna.
SALUD
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