Como les dije, estuve inserto en un proyecto editorial que
tenía como intención la difusión de los perfiles, propuestas e ideas de los
candidatos de Morena a diversos puestos de elección popular local y federal; me
sorprendió observar la juventud de algunos de esas y esos candidatos; también
me sorprendió la vehemencia con que se envuelven en sus ideales; pero sobre
todo me llamó la atención su preparación (en términos generales) en materia
política.
En las transmisiones recorrimos algunas de las delegaciones
del DF y algunos de los municipios conurbados del estado de México; platicamos
con candidatos a diputados federales de algunas entidades federativas y en lo
personal entrevisté a unos 20 candidatos a presidentes municipales de dos o
tres estados de la república.
Un tema fue recurrente en estas campañas, la corrupción de
la autoridad, la podredumbre de las estructuras administrativas y partidarias
en todas las latitudes; lo mismo recibí de la candidata a la diputación federal
por el sexto Distrito de Baja California que de un candidato a Sindico en la
fórmula de la presidencia municipal de un municipio del estado de México.
Los casos extremos fueron las delegaciones Gustavo A. Madero
y Cuauhtémoc, del DF; en donde de voz de los candidatos “la corrupción ha llegado a
niveles muy superiores a las peores épocas priistas”; coincidentemente,
un audio de Carlos Navarrete Ruiz,
Presidente del CEN del PRD, que con gran crudeza diagnostica el futuro de ese
partido y lo compara con el PRI que ellos combatieron; el regreso al pasado, tras
20 años de ejercicio de gobierno; la vuelta al mismo lugar y la inminente
derrota.
Todo hace pensar que tras el proceso electoral local del DF,
el PRD seguirá apoltronado en la comodidad que le da una estructura generada
durante poco más de medio siglo; en ese rústico diagnóstico de Navarrete dice: “la
nata, cada vez más gruesa que impide que liderazgos nuevos lleguen”;
pero dadas las características de la elección y de hacerse realidad que Morena
logre ser mayoría legislativa y administrar algunas de las delegaciones más
importantes de esta entidad federativa; la repartición de culpas llevarán a la
fractura, el rompimiento, la desbandada y hasta el desmoronamiento.
La nata, como la denomina Navarrete
buscará nuevos espacios en donde seguir lucrando, donde llevar su pereza mental
y capital político para “renovarse”; la rampante corrupción que
durante veinte años se apoderó de los espacios de poder que acapararon, migrará
hacia nuevos espacios de poder; los corruptos buscarán reacomodarse, en el
reacomodo del poder se acercarán a los nuevos administradores o legisladores y
les hablarán dulcemente al oído, les endulzarán su ego para garantizar sus
fueros.
Volverán los Ahumada
para recomendar a los Bortolini de
la nueva estructura; ahí estarán los Buenrostro
apoyando a los Carrola o Gertz; el señor Slim platicará con algunos de los beneficiados por el voto, para
mostrarle sus “proyectos” y lograr convencerlos de lo bueno de la “modernidad”;
buscarán su reacomodo y el reacomodo de sus peones para garantizar sus espacios
de poder, de corrupción y de impunidad.
Ahora Morena, será quien se enfrente a los mismos males que
hace casi veinte años se enfrentó el PRD; pero cuáles serán los controles, los
mecanismos de defensa, cómo enfrentará esa embestida o simplemente en un par de
décadas estaremos en la misma disyuntiva.
Ahora le toca a esos jóvenes entusiastas que lograron con sus
entusiastas campañas que se posicionara como una opción viable, evitar que la
nata cambie de cubeta; corresponde a ellos evitar la vuelta al pasado.
SALUD
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