Dice Roy Campos que las encuestas ni son propaganda ni hacen pronósticos
Desde finales de los 70, la encuestología se convirtió en el
mecanismo institucional para “conocer” a los mexicanos, en aquel
entonces Nielsen presentó la encuesta, ante diferentes estructuras
administrativas nacionales como una herramienta “imprescindible” en la
toma de decisiones gubernamental.
Entonces el señor López
Portillo, rodeado de lo que después conoceremos como la tecnocracia (Jesús Silva Herzog, Miguel de la Madrid, José Andrés de Oteyza, Rosa Luz Alegría y Guillermo Rossell) se dejó influir y “consideró” la creación
del Sistema Nacional de Planeación Democrática (que ni se sustentaba en bases
técnicas, ni era nacional y mucho menos era democrático) y además de modificar
la Constitución, creó la Ley de Planeación.
Ya ahí se deja ver con claridad la necesidad de “tomar
en cuenta” a la población en los actos de gobierno y entonces en la SPP
(que aún existía) un mediocre y obscuro directorcito de área concentró
funciones de análisis de la demanda ciudadana; un anodino tecnócrata (con dotes
políticas) que concentró información y poder para usarlos en su beneficio.
Con recursos públicos (desde 1979 y hasta 1985) además de
realizar encuestas referentes a la evaluación de programas gubernamentales,
pagó encuestas de preferencias políticas, vendió sus favores a los grupos de
poder local, influyó con “sus datos” en la toma de decisión
partidista (de su partido político) y logró “filtrarse” entre las
estructuras de poder político local.
Carlos Salinas,
señaló con anticipación los mejores caballos para la contienda, guió las
decisiones de las estructuras partidistas y “cobró” los favores a los
beneficiarios de sus apoyos.
Esa práctica de pagar encuestas de corte eminentemente
político con recursos públicos se hizo común desde mediados de los 80 y dejó de
ser compartimento estanco del señor Salinas.
Si como dice uno de los encuestólogos más conocidos de
México: “no son pronósticos ni sirven para hacer propaganda” si han
tenido otros usos, además, por cierto han generado amplios debates públicos
como consecuencia de la muy obscura y proco profesional metodología de algunas
de las casas encuestadoras e incluso del manejo interesado de alguna
información.
Hay ejemplos que pueden citarse, pero me resultan ociosos.
Hoy, con nuestro recurso, con recursos públicos diversas
dependencias del Ejecutivo nacional y la misma oficina de la Presidencia de la
República han pagado “estudios de opinión” que en realidad
son encuestas electorales y segmentación de opinión.
Hoy los “funcionarios públicos” federales y
el propio titular del Ejecutivo están claros que su “figura”, que la imagen de
Peña Nieto, lejos de favorecer a los
candidatos priistas en las 13 entidades federativas en que hay procesos electorales
locales, les perjudican y sus acciones, las acciones del gobierno federal, están
“segmentando”
sus acciones para tratar de reencarrilar la imagen, así por un lado “anuncian”
medidas de corte populista como seguro social para siete millones de jóvenes
estudiantes (algunos de ellos no pueden votar, pero sus familias sí) y una readecuación
de la “estrategia” contra las estructuras del crimen organizado.
Gracias a esos “estudios de opinión” se sabe que más
de dos terceras partes de la población NO está de acuerdo con la acción
gubernamental federal, se sabe que de las 12 gubernaturas en disputa, además de
perder las dos más importantes (Veracruz
y Puebla)
están en riesgo; Quintana Roo, Aguascalientes, Tamaulipas,
Durango, Oaxaca,
Tlaxcala
y Zacatecas,
están tan divididas que seguramente no serán priistas y sólo en Sinaloa,
Chihuahua y Durango tiene clara ventaja.
Así las cosas todos ellos, con nuestro dinero, se pusieron a
revisar encuestas y resultan muy desfavorecidos, Peña Nieto verá reflejada su aprobación en este proceso electoral y
Morena será tercera fuerza electoral con cuando menos una gubernatura.
Desde finales de los 70, nunca un presidente ha representado tantos negativos para su partido y vaya que tanto Calderón, como Fox, Zedillo y Salinas lo intentaron.
SALUD
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