Ayer el
Senado de la República, “la casa de todos los mexicanos”
(según sus promocionales) y “la caja de cristal” (según Miguel Barbosa); aprobó una nueva Ley Federal
de Transparencia y Acceso a la Información Pública, que deroga a la anterior y
pues dicen nuestros siempre “muy comedidos” (ocurrentes quizá sea
el término adecuado) es una de las más “avanzadas” del mundo (así, sin medir
el tamaño de la pendejez lo dijeron ellos)
El dictamen
de ley aprobada que ya puede sr revisada por nosotros (aunque según su
propia reglamentación, debió haber estado disponible desde hace 60 días cuando
menos); esa reglamentación según sus propios transitorios publicados el 7 de
febrero de 2014 debió ser aprobada hace más de 8 meses (pero tampoco importa
mucho); esa avanzada ley que aún le falta recorrer un largo camino legislativo no
es ni con mucho lo que ellos piensan, conserva grandes espacios de
discrecionalidad tanto en la determinación de los aspectos reservados como en
los tiempos de respuesta, pero realmente tampoco eso importa.
Pues bien,
los señores legisladores en un afán por mostrar su buena voluntad para “avanzar”
en los temas de su agenda, mediáticamente quizá para que la población les deje
de gritar bandidos y ellos se sientan menos culpables de recoger el cerote de
la población, pues lo que los caballos dejan en su caminar se llama excremento
y eso es lo que quiso decir Layda
Sansores (pues sólo en algunas regiones de Centroamérica se le denomina
cerote) que recogen todos.
Pues además creen
que los mexicanos no nos damos cuenta del nivel de suciedad que traen en las
manos y de opulencia que despliegan gracias a ese levantar de migajas, de
pedacitos de impunidad y de prebendas.
Así, ellos
se enfrentan en la tribuna (a la que según dicen respetan mucho) para hacerse
ver su nivel de corrupción (la de cada uno) sin importarles en lo más mínimo
que esos enfrentamientos exacerban más los ya de por sí muy caldeados ánimos de
sus escuchas (ya muy pocos por cierto)
Ahora los
mexicanos les gritan bandidos, seguramente en el corto plazo dejaremos de
gritarles para hacerles frente y señalarles con toda claridad el nivel de
enojo, el fastidio que nos causan y después no faltará quien simplemente
descargue su ira, el ancestral desagrado que nos han dejado, con una ronda de
golpes y hasta con una descarga de algunas otras substancias (que no sean necesariamente
mierda)
Sólo por
comentar parte del anecdotario popular que recojo a diario en mi andar,
quisiera compartirles lo que una anciana (seguramente de más de 75 años) que
está envolviendo mercancías en uno de los centros comerciales de esta ciudad,
me dijo hace unos días: “pues si creen que está tan bien México, que
salgan a la calle sin guaruras”
Señores
legisladores, hace tiempo están en falta en la aprobación de un sinnúmero de leyes
que ustedes mismos se marcaron, en algunos casos el “retraso” llega a más de un
año; hace ya también mucho tiempo, la población dejó de creerles y si adicionan
a eso que cada vez que hablan lo hacen para denigrar al otro (sintiéndose
ustedes absolutamente impolutos), los mexicanos no vemos más que un camino.
Ya hace
muchos años (más de diez) nos prometieron transparencia, hoy siguen
prometiéndola, pero la realidad es que sus cotos de opacidad siguen exactamente
iguales; ayer también los diputados aprobaron “desvincular el salario mínimo de
la ley de derechos y otras disposiciones administrativas”, pero la Constitución
Política en su artículo 41 fija las prerrogativas de los partidos políticos
en función del Salario mínimo y eso se les “olvidó”
La población
muy al contrario de ustedes recuerda los agravios y seguro, dejará de llamarles
ladrones, dejará de tacharlos de bandidos, para simplemente hacerles ver a nuestra
manera su estupidez.
Por cierto,
hace un par de días intenté acceder a “la casa de todos los mexicanos” y
simplemente me dijeron que para entrar ahí se necesitaba ser senador.
SALUD
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