El Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la
Información y Protección de Datos Personales (INAI) convocó a la “Semana
Nacional de Transparencia” aunque su convocatoria decía del 5 al 9 de octubre,
clausuraron hoy, supongo que por falta de interesados en hablar ahí o de quórum
o simplemente de ganas de seguir hablando estupideces.
El mismo día de su inauguración el señor Peña Nieto, dijo
algo así como que: “hace 20 ó 30 años éramos un gobierno cerrado” pues parece que
se mordió la lengua pues hace 30 ó 20 años eran no solo eso (que ahora lo
siguen siendo); en las intervenciones iniciales hubo recurrencia discursiva
respecto de “la importancia” de la transparencia y de todas las reformas
(Leyes, reglamentos, estatutos y hasta orgánicas) faltantes, pero que son
preocupación inaplazable de nuestros h. legisladores (la h. no es de heroicos
sino de hijos de la …)
Pero hoy me llama poderosamente la atención cuando tanto
nuestro Presidente del Consejo General del INE (cuanto
título pa tan pequeño personaje) y los representantes de los partidos
políticos que asistieron, llegaron a la brillante conclusión de que es
necesario un “Gobierno abierto para responder a la indignación de los ciudadanos con
la democracia” que (con esa inmensa perspicacia que les caracteriza) se
dieron cuenta que mucho del malestar social con sus “instituciones” proviene
de la opacidad con que ellos se manejan.
Y sí, mucho de ese descontento, de esas ganas de no
creer, de ese hartazgo, de esa furia contenida contra los partidos y personajes
políticos nacionales y contra el INE, proviene de esa opacidad, de esos
acuerdos para “arreglar” todo sin que nosotros nos enteremos como, para
acusarse y después contentarse (en lo obscurito hasta darse un besito).
Mucho del descontento social proviene de ahí, no sólo de
los dineros que se reparten, que le entregan a las fracciones, que le ”deslizan”
en un sobrecito a algunos legisladores y consejeros, sino de todos los otros
arreglos que en las cámaras se realizan y luego simplemente nos los hacen
saber.
Estos personajes tan brillantes, son sólo un poco menos
vrillantes (así) que Vicente Fox,
pues ese burro con absoluta estupidez, fue quien creó el Instituto Federal de
Acceso a la Información Pública (2002) así que la lucidez llegó primero a un
ignorante que a estos lúcidos personajes; bueno son menos vriyantes (así) que Peña Nieto que en 2014 aceptó la
reforma de dicho instituto (aunque desconocía lo que sus siglas significaban)
Pero al margen de las capacidades de cada uno de los
personajes, la cuestión de la transparencia en cuanto al manejo de los recursos
públicos asignados a los partidos políticos (en pesos y centavos) e incluso al
margen de que los “acuerdos”, los “arreglos”, las “concurrencias” y hasta
las ocurrencias a que lleguen, sean publicadas (PÚBLICAS) me quedan dudas muy
serias respecto de la intención real de legislar al respecto.
Los genios que acaban de descubrir tan maravillosa
situación, son tan estúpidos que seguro se pasarán años “discutiendo” hasta donde
debe llegar la transparencia en sus “instituciones”, pues ellos trabajan
bajo la premisa de “cúmplase la ley … en los bueyes de mi compadre” (creo
que se le atribuye al manco de Sonora)
Ya incluso el señor Carlos Navarrete hoy en ese foro nos
da prueba del nivel del debate cuando antes que reconocer la culpa propia acusa
a López Obrador de gastar recursos públicos sin explicar su proveniencia.
SALUD
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