Mi padre usaba de manera reiterada y sistemática la
palabreja y hoy, tras
la lectura de una “muy inducido” escribidor respecto de la inminente postulación
de Nuño como candidato presidencial
del PRI (por la mano divina de Peña)
y las cantinflescas declaraciones de José Narro (el Secretario de Salud)
respecto a que ser candidato no sólo requiere de querer, sino de tener un
proyecto de nación; recordé una frase que también mi muy querido padre soltaba
con inusitada cotidianidad “pobres pendejos”
En todo el sentido de la misma frase, reitero (como lo hice
en 1998 frente al mismo laVestida) o en 2005 frente a unos
cuantos amigos: “el candidato del PRI va a perder” hoy si es que verdaderamente
hay cuatro posibles candidatos (Nuño,
Narro, Chong
y Meade),
sólo puedo señalar que el ilustrado Meade
ya declinó (pues sabe ler de política) esa posibilidad y aceptar la gubernatura
del Banco de México (así que falta poco para conocer su destino) que por cierto
es mucho más útil a la “mafia del poder” (que no existe)
Así, el escabroso dilema de Peña parece reducirse a tres sin intentar ser pitoniso, quisiera
desmenuzar las reales posibilidades de los tres tristes tigres destinados al
patíbulo de perder la elección en 2018.
El “hijo de la china” que también sabe
de política y de lecturas del ánimo político, que por cierto está ubicado como
el más conocido pero el menos aceptado de los tres restantes por militantes,
simpatizantes y mexicanos en general, aunque seguramente sería el mejor
candidato priista (seguramente sabe que no le alcanza su “popularidad” para ser
presidente) sin embargo “aceptaría” perder si su “amigo”
se lo pide.
Narro, es cabeza
del “grupo
universidad”, fue operador político de JuanRa y el zedillín
lo hizo Subsecretario de Gobernación, previo a la designación de Labastida, no es un improvisado, sabe
lo que es la socialite política (ha estado en ella desde antes que muchos de
ustedes nacieran), no sé si al decir en el más puro lenguaje críptico "No es
un asunto de querer, es un asunto de reconocer uno mismo si uno puede y no es
nada más querer y poder, es saber si uno tiene un proyecto para este País"
quiere decir “yo soy” o “ya me pueden descartar” pero
sabiendo ler seguramente dijo “yo no voy”
Pues bien, el enrevesado problema de Peña (o de quien decida por él) parece quedar en el ñoño
(apocado, melindroso y pendejo) que ni sabe leer ni entiende de política, pero
alguien le hizo pensar, creer o pretender que puede llegar a ser presidente y
algunos “periodistas” alucinan o los hacen ali$$$inar para alimentar su aspiración.
Puedo suponer que el señor Nuño será candidato aunque estoy seguro que no será presidente.
Pero el complicado dilema de Peña no se resuelve mandando al matadero al iluso ñoño,
pues garantizar la impunidad de su gabinetazo requiere de capacidad de “negociación”
y el imberbe añoñado soñador no tiene esa capacidad.
Así que la difícil disyuntiva de Peña, el PRI y la “mafia del poder” (que no existe)
está en sacrificar al Osorio Chong, para después negociar impunidad.
Salud
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