Con bombo y platillo en los medios nacionales y con especial
“difusión”
en medios internacionales hacia principios de la actual “administración” federal, se
nos hizo creer (casi como dogma religioso) en el “mexican moment” y un año
después la “revista” Time nos presentaba al señor Peña como el salvador de
México.
Los entonces salvadores de México montados en un “pacto”
dijeron iniciar un verdadero cambio estructural que impactaría de manera
inmediata sobre aspectos económicos y sociales de gran envergadura; dijeron que
a esta altura de la gestión ya estaríamos viendo algunos resultados; aseguraron
que la confianza de los mercados internacionales por sí sola serviría para que “grandes”
cantidades de recursos llegaran a nuestro país y con ello se generarían los empleos
que los mexicanos esperábamos.
Pues ayer una nueva publicación periodística nos hace
saber “El salvador que no fue” haciendo un recuento de las diversas
acciones fallidas de esta administración y de la polarización social que el
desencanto está causando en amplias capas de la población, asumiendo que “Tantos
elementos adversos configuran el escenario perfecto para la actual crisis
política” que además lleva al titular de ella al nivel de popularidad más
bajo de las últimas cinco que han tenido esos seguimientos estadísticos.
Aunque Peña Nieto
aseguró en algún momento de su fallida gestión que: “no gobierna para las encuestas”
y aceptó que: “el capital político se debe
gastar para lograr los cambios”, los cambios no han llegado y su capital
político está agotado a tres años de que inició y termine su “gobierno”
Al dilapidar sus canicas en la continuación del proceso “modernizador”
iniciado hace 30 años y ser evaluado a la luz de la inoperancia de sus “reformas
estructurales” sólo se observan tres años de anuncios, tres años de “buenas”
noticias para ellos y sus amigos.
Ayer el Instituto para el Desarrollo Industrial y el
Crecimiento Económico A.C., presentó un documento
de evaluación de ese sector a tres años del gobierno peñejo y me llama la
atención el apartado de la política laboral, que define: “mayor empleo y ocupación, con menos
salario” y tras un breve análisis de su cuadro 5 llego a la conclusión
que hoy en México (en términos de salario mínimo) el salario promedio es 2.5% menor
al del tercer trimestre de 2012 (última medición panista)
Así, aunque hay 2 millones de ocupados más los ingresos
promedio de todos los ocupados han disminuido en términos reales y el “incremento”
de 3.9% en el nivel de ocupación no cubre ni con mucho el incremento natural de
la población económicamente activa en el mismo periodo.
Hoy hay más mexicanos mal pagados que hace tres años, hay
dos millones de mexicanos más sumidos en niveles de pobreza y pobreza extrema,
hay un ejército de jóvenes insatisfechos con una política educativa cada vez
más restrictiva, con una política muy poco generosa hacia ellos.
En México una población que envejece de manera acelerada
y que se encuentra en total desamparo social pues desde hace más de una década,
las “instituciones”
que habíamos procurado para ello han sido desmanteladas y la posibilidad de retiro
se alejó en el tiempo para ahora recibir la “noticia” de que no les
alcanzará para un retiro ni digno ni indigno.
Tres años de promesas de cambio y unos 35 millones de
mexicanos en el extremo de la curva de Gaus que sobreviven cotidianamente y
están cansados de escuchar promesas.
Tres años de inoperancia política que han llevado a exacerbar
los ánimos de unos 15 millones de mexicanos que no se sienten atendidos por las
“instituciones”
y están siendo empujados a señalar al “gobierno” como el responsable de ello.
Tres años de repetir hasta el cansancio que todo estará
mejor en el largo plazo y como decía Keynes (ideólogo del liberalismo
económico) “en el largo plazo todos estaremos muertos” pero al paso que
vamos espero que primero sean lapidados estos ineficientes administradores.
SALUD
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