También la iglesia católica observa “signos” apocalípticos

Dice el señor Norberto Rivera que: “Es evidente que hombres y pueblos andamos divididos, enfrentados y luchando no solo por defender intereses propios, partidistas y egoístas, sino queriendo imponer a los demás, a los que no son de los nuestros …”, aunque es críptico en su posición, es claro en su mensaje.

El mensaje finalmente es la división de México y aunque el diagnóstico es certero, no lo es la solución propuesta por el mismo señor al decir que es la unión la que abrazará la posibilidad de mejorar.

Al llegar a la recomendación final se vuelve a equivocar al responsabilizar a la familia de esa división y después proponer: "para que la sociedad en su conjunto recuerde que el verdadero valor de la familia radica en la unión entre padre y madre, hijos e hijas y no se reduce a intereses y criterios personales, grupales o políticos"  SALUD

Ya entrados en terrenos no terrenales, el pasado viernes que Peña visitó su tierra natal, para inaugurar una carretera (de sus cuatro mil compromisos pendientes de allá) el señor gobernador de ese estado pues también muy acorde con los tiempos celestiales dijo: "En nombre de todos los mexiquenses y especialmente en nombre de sus paisanos expresarle lo mejor, que en lo personal, en lo profesional en lo institucional le siga yendo muy bien pero sobre todo que Dios le siga dando salud y mucha sabiduría para que le siga entregando muy buenas cuentas a los mexicanos …"

Así pues, aquella “sagrada” división consagrada en nuestros principios institucionales entre la iglesia y el estado, parece también desmoronarse tras siglo y medio de estar vigentes, cada vez es más común ver a clérigos metidos a redentores sociales (algunos hasta con buenas intenciones) y a “políticos” metidos a mensajeros de fe.

Si se quiere se puede entender que los sacerdotes intenten hacer labores más terrenales y en ese aspecto se metan en aspectos sociales, aunque la ley se los impide.

Pero no podemos aceptar, no debemos soportar, no es admisible y no debe ser tolerado que los administradores públicos se metan a la diócesis, que usen mensajes (aunque sean expresiones populares) religiosos en su mensaje público.

Así pues, ya la iglesia se dio cuenta de que las estructuras sociales de México desde hace unos años no están debilitadas y muy por el contrario, han asumido cada vez más posiciones de beligerancia ante la arbitrariedad de las autoridades, que hemos ido ganando espacios y escalando posiciones.

La iglesia ya notó que la organización de la sociedad es capaz de lograr un resquebrajamiento de las estructuras políticas nacionales.

Eruviel (en su estúpida verborrea) ocupa a dios como escudo de la estupidez de ellos, se escuda en una figura celestial para descargarse de culpas, es decir, si las cosas salen mal, será porque dios así lo dispuso.  SALUD

Llevar a la práctica el mensaje (no críptico) de Eruviel Ávila es aceptar los designios, es estar condenados al absoluto atraso permanente por la gracia divina.  Pero lograr consolidar las bases sociales que hemos impuesto desde las estructuras comunitarias, en talleres, en escuelas y en las más diversos ámbitos, permite consolidar la posibilidad de hacerles saber a esa bola de iluminados que somos muchos más que ellos y tenemos derecho a decidir sobre nuestro futuro.

SALUD