El valor de no saber

Me llamó la atención el discurso de Enrique Peña Nieto a los “ganadores” de la “Olimpiada del Conocimiento”; hace todavía algunos años se le denominaba a esta selección “Ruta de la independencia” y tenía como objetivo premiar a los mejores educandos de sexto año de primaria, con un viaje “académico” a la Ciudad de México, entonces venían una cantidad que oscilaba entre 11 y 23 por estado, congregaba a no menos de 350 alumnos de todas las entidades federativas de la República.

Con sorpresa me entero que ahora con la “modernidad” y seguro con la austerida (así) sólo recibió a 32 (uno por entidad federativa) y que se denomina olimpiada que desde mi particular perspectiva parecería más un concurso deportivo, pero en fin.  SALUD.

Como diría doña Boni, “educar para competir es un camino que: ni enseña, ni forma, ni educa, es un camino de perdición” y denominar inadecuadamente un evento en la Secretaría de Educación debiera ser aparte de una estupidez, una causa de despido.  En ese evento el señor Peña dijo: “aquí podría estar el futuro Premio Nobel mexicano, el científico que encuentre la cura a alguna enfermedad, o el artista que dé una nueva dimensión a la creatividad nacional. O por qué no, un futuro Presidente de la República que bien podría estar, mujer u hombre, entre los aquí asistentes” SALUD hasta con tequila claro.

La capacida (así) de un señor que no sabe y no quiere saber, que “valora” su ignorancia como parte de sus capacidades, puede saludar a 32 niños (entre los que seguro habrá algunos destacados) con semejante escupitajo al cielo.

Con un sistema educativo público con el nivel que hoy tiene el de nuestro país, aspirar a ser Presidente de la República (sic) es quizá la pior (así) de las analogías, significa la perpetuación de esas prácticas del aprendizaje por objetivos que desapareció de la teoría educativa (o está en proceso de desaparición), es sólo otra más de las “ocurrencias” del señor Peña o como dice mi nieto otra peñajada (También puedes ver:  De ocurrencias y peñajadas)

No se si los educandos de primaria (o de cualquier otro nivel educativo en México) de escuela pública (y quizá de privada) se fijen un objetivo (el que sea) como parte de su vida al realizar esos estudios, pero muy seguramente no tiene nada que ver con ser presidentes de la república.  SALUD.

Creo que en la cotidianidad de nuestro país, los jóvenes de ese nivel educativo (exceptuando quizá a los tres deciles con mayor nivel de ingreso) esos jóvenes están más preocupados por la salud de su hermanito o la estabilidad económica familiar, creo que seguramente les preocupa más la estabilidad social y los niveles de violencia cotidiana, me imagino que algunos de ellos están más inmersos en actividades económicas familiares que en la posibilidad de ser presidentes (de cualquier cosa) y estoy seguro que para muchos de ellos la preocupación por si va a caminar uno o dos kilómetros para llegar a la secundaria, que si van a tener que dejar la escuela para apoyar la economía familiar, que si van a ser empacadores de mercancía en la actividad de algún tío o si van a dedicarse a recolectar la cosecha del señor equis o ye; son objetivos mucho más cercanos y seguramente mucho más preocupantes.

32 jóvenes destacados de las 32 entidades de la república mexicana, son (aun con el nivel de complicidad de la autoridades educativas locales) seguramente 32 jóvenes valiosos de México, son una “esperanza” para tener mejores mexicanos pero como decía el promocional del SNTE lo son a pesar de la falta de atención que el gobierno ha puesto en la educación.

Hoy más de la mitad de los estudiantes de educación primaria lo hacen en condiciones muy por debajo de los estándares internacionales, más de la tercera parte de los egresados de ella NO se inscribirán en la secundaria y en el camino de la primaria se quedarán entre 8 y 12 de cada 100 (NO la concluirán)

Hoy el Sistema Educativo Nacional, otorga apenas secundaria al promedio de los mexicanos y destina menos del 5% del PIB a la educación, mientras que nuestros principales socios económicos (que les llenan la boca a nuestros administradores) llevan a sus educandos en promedio más allá de la educación media superior y destinan casi en 8 por ciento del mismo PIB a la educación.

Hoy nuestros educandos de primaria en la evaluación PISA, apenas alcanzan niveles como los de Perú o Colombia, muy lejos del promedio de OCDE y aun más lejos de países como Estados Unidos, China y Canadá; ni que decir de estados como Holanda, Noruega o Finlandia.  SALUD.

En esos países ser presidente de la república (a pesar de que se puede escrebir (así) con Mayúsculas) NO es un destino aspiracional de los niños, es sólo otro trabajo mediocre, COMO LO ES ÉL QUE AQUÍ LO DETENTA. 

Salud.

“Quiero decirles que la educación no sólo sirve para contestar exámenes, sino también para actuar conforme a valores en la vida y ser buenas personas dentro de la sociedad” Christian Adrián Hernández