Fechada el 18 de enero una nota de “excelsior” de llamó la
atención decía “Una
hija, ’templaria’; el otro, ‘autodefensa’; conflicto desgarra a familias en
Michoacán” y ayer en plática con mi hijo, hablábamos respecto de la
“temporalidad” de esa descomposición en ese estado de la república (hasta
supongo que me lee), por ello quiero platicarles estas historias:
- A) Un abuelo maderero
Su abuelo era maderero (de los grandotes) en esa cabecera
municipal, era un hombre respetable al que una distribuidora de Chévrolet le
dejaba un tráiler sólo con su palabra y la promesa de que lo iba a pagar.
Desde que llegamos observe (yo siempre ha sido muy metiche)
que se separaba la madera en dos, tres y hasta cuatro espacios diferentes, que
alguna de ella no contaba con los sellos correspondientes (creo que de la SARH
entonces) que los camiones (tráileres inmensos) que la cargaban lo hacían en “horarios”
poco comunes para esa labor (después de las 23 horas y hasta la madrugada) y
que no se les entregaba facturación (sino una simple orden de compra)
De hecho, Don José (como conocían al abuelo de mi amigo) que
en realidad se llamaba Juan Jesús, se encargaba de dar indicaciones a cada uno
de los conductores de las unidades respecto de que carreteras tomar y “que
decir” respecto de la carga.
Ellos, como otros muchos madereros locales, explotaban
bosques sin los permisos correspondientes y con el contubernio de la autoridad
local.
Eso siguió pasando durante más de 10 años, sin que la
autoridad federal (que tiene y siempre ha tenido la atribución de resguardar
las reservas ecológicas nacionales) se percatara, sin que la autoridad local
(que siempre está al pendiente de las unidades que circulan por las carreteras
lleven los permisos correspondientes) sin que naiden (así) “observara”
cosa rara en el asunto; después el cobro de “derechos” lo empezaron a
realizar “amigos” de las administraciones locales y a partir de los 90
miembros de bandas de organizaciones criminales, todo ello a la luz del día y
con la complacencia del delincuente (maderero) de la autoridad local y de la
autoridad federal.
- B) El tío Lérimo
El tío Lérimo era propietario de una agencia funeraria en el
centro de Uruapán y siempre “ayudaba” a personas en desgracia, entre sus muchas
actividades cuando sucedían desgracias fatales (con muertos) en carretera, se
presentaba amablemente para ofrecer sus servicios a los deudos e incluso les
ofrecía los servicios de traslado de los cuerpos a cambio de la unidad
accidentada (claro como una forma de apoyarlos en esos momentos) y
verdaderamente trasportaba los restos de o los occisos y regresaba con sus
facturas de los vehículos, inmediatamente después hablaba con su “sobrino”
(que supongo eran más de uno) para “informarle” que tenía la factura de un
Datsun 72 azul y que necesitaba la unidad para poderla vender.
El tío Lérimo además tenía un tallercito en donde siempre
salían relucientes los autos deshechos en carretera (sin que la autoridad local
supiera cómo) y generalmente se vendían muy baratos en la misma localidad
(también sin que se supiera cómo) en fin, la “autoridad” local volteaba para
otra parte pues el tío Lérimo ayudaba a todos (con parte de la tajada de la
actividad ilegal), así siguió sucediendo hasta los 90 en que se trasladó el “pago”
de los derechos a un tercero y después al crimen organizado. SALUD
- C) Los aguacateros de Apatzingán
Los aguacateros (todos los de Aguililla) sembraban y
cosechaban marihuana (además de aguacate y cuando exportaban, iban juntos los
productos, ellos incluso tenían una asociación (para la que aportaban no menos
del 10% de la venta de la hierba) de asistencia legal que hacía frente a “cualquier”
problema.
El pago de la “partecita” de la autoridad municipal, se trasladó
a unos “amigos” de la presidencia y después llegaron unos señores que
se hicieron primero cargo de la asociación de defensa legal y cobraban un 15
por ciento de las ventas, hasta que ahorcaron a los aguacateros y los “obligaron” a pagar hasta por el número
de sirvientes que había en la casa.
Después esos “aguacateros” amaron a sus “guardias” para no
pagar la protección de los nuevos administradores, en fin, se hizo un margallate
gracias a la falta de acción de la autoridad local y al contubernio con los
nuevos administradores de la asociación por la ilegalidad en la siembra,
cosecha, embalaje y venta de marihuana.
Hoy hay un grupo de malos malos; uno de malos buenos; otro
de buenos malos y uno (muy pequeño) de buenos buenos.
- D) Lázaro y la venta de alcohol
Es más, en su recepción se encargaban de entregarte una
propaganda de lugares que “debías” visitar, entre ellos uno llamado “news
dancin club” en donde podías encontrar diversión a cualquier hora.
Para llegar al lugar había que contratar un taxi (si ibas en
auto unos tres kilómetros antes te bajaban de carro y ellos se encargaban de
que llegaras) ahí había además de los mejores licores y cocteles, buenas
compañeras de mesa y algo más y una gran cantidad de cualquier cosa que
necesitaras.
La autoridad municipal pues sólo pasaba por la cuota y las
estatales recibían algo para hacerse de la vista gorda.
Cómo explicar lo que pasa en Michoacán hoy, sin entender
todo lo que pasó desde hace 40 años cuando menos.
SALUD
Muy interesante, supongo que lo mismo pasa en todo México; yo en Sonora he visto mucha tranza, irregularidad y "privilegiado." Los sobrinos de los gobernadores y los gobernadores son los que más se llevan, el anterior se llevó unos 80 millones de dolares, si no es que más. La corrupción depende mucho del pueblo, al que le gusta conseguir de todo a cualquier hora. La culpa en sí la tiene el pueblo.=(
ResponderBorrarExcelente información, le agradezco.