La
caballada está flaca
Rubén Figueroa
Desde hace una semana el señor Peña Nieto viene “anunciando”
que tras un de acuerdos, en lo que resta de la “administración” habremos
de dedicarnos a cosechar sus frutos. SALUD
Ayer Cesar Camacho, encargado del despacho de asuntos
políticos del PRI, nos dijo: “Creo que el Pacto ha demostrado su fortaleza
institucional y además el Pacto también tiene una fecha de caducidad, el
segundo semestre de 2014 es el plazo que nos hemos puesto en el propio pacto
para completar los 95 compromisos de ese documento firmado el 2 de diciembre de
2012”
Pues si, para entonces aparte de haber “completado” con los
95 compromisos, ya habrá nuevos dirigentes en los otros dos partidos políticos
(y según mis fuentes también en el PRI que ya fue “pactado” con Manlio)
Así, en ese segundo semestre del año entrante, iniciará la
carrera hacia la sucesión presidencial del 2018 (y la cosecha podrá esperar
para mejores tiempos)
Pues en el PAN todo hace considerar que está encaminado
hacia un terso (aunque parezca muy sucio y rugoso) tránsito hacia la extrema
derecha, dirigida por Josefina Vázquez
Mota.
En el PRD las fichas se acomodan para la “izquierda moderada”
con el regreso del patriarca y una nueva izquierda fortalecida. SALUD
Además, de ser cierta mi fuente en marzo el grupo
manglioni asumiría el control del partidazo y con ello regresaría el discurso
del nacionalismo revolucionario y la actitud de “conciliación mientras te agarro a
palos”. SALUD
La “fortaleza” adquirida por Peña en cuanto a la aprobación de sus
reformas se vería atacada de manera directa por un PAN que dejaría la posición
de “oposición
abyecta” para convertirse en crítico combatiente de la política
pública.
El PRD ya con Cárdenas
al frente buscaría presentarse como la “opción moderada” y controlar ante la
presencia de un “verdadero liderazgo” la desbandada que podría significar la
presencia de MORENA.
En el PRI, las cosas se reconvertirían bajo un discurso
ambiguo (con menos alabanza y más crítica) al gobierno y con fuertes ataques a
las administraciones locales de otras fuerzas políticas.
Veremos el fortalecimiento de la caballada primero al
medirse en la contienda federal de 2015 y después ya en la recta hacia el 2018.
Sin dejar de lado las aspiraciones
personales de Cárdenas (y otros
interesados) que por cierto, cuando se fue dijo que las tribus hacían
inmanejable al PRD y hoy regresa a un partido mucho más tribal. Ese instituto político deberá luchar más
hacia adentro por mantener cohesión y no desquebrajarse que hacia afuera, lo
que logre en ese terreno será ganancia, lo que logre en su estabilidad interna,
será la verdadera capitalización hacia el 2018, es decir, lo que pueda vender para
ese proceso.
En el PAN primero Josefina acordó con las estructuras del
poder y ahora destapa
los “errores” de la estructura, para quedarse con un partido mermado, pero
con una “nueva ideología” más de derecha, más “diferenciada” del PRI,
más confrontaría (aunque
siempre fiel) que según mi teoría le fortalecerá y con ello a Josefina que ya está apuntada para ir
nuevamente por la grande en 2018.
El PRI, buscará reocupar las pérdidas ocasionadas por Peña Nieto a apenas un año de “gobierno”
y sacar raja de las pifias locales opositoras.
El pacto tiene caducidad, la cosecha puede esperar y la
contienda del 18 ya está aquí.
SALUD
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