Ya para estas horas Fausto
Vallejo habrá reasumido como Gobernador de Michoacán pese a que está seriamente
comprometido con una de las fracciones de crimen organizado que opera en
Michoacán.
Se nos dijo, de hecho algunos de esos siempre benevolentes
comunicólogos del régimen hasta se atrevieron a decir que ellos tenían
información “privilegiada” respecto de la gravedad de señor Vallejo, en
realidad era información filtrada intencionalmente para hacer creer a la
opinión pública que el mandatario estaba verdaderamente enfermo.
El caso es que la lucha de poder en Michoacán viene desde 1992,
cuando Eduardo Villaseñor había sido
“removido”
del cargo al que había llegado para colocar en su lugar a Ausencio Chávez Hernández y desde entonces ha permanecido tras el
trono, aun en los mandatos de Lázaro
Cárdenas y Leonel Godoy, en la
contienda de 2011 estableció un “acuerdo” con Jesús Reyna para lograr la permanencia.
En el recuento de los daños del salinato, la figura de Eduardo Villaseñor es muy poco
recordada y las negociaciones para su remoción casi olvidadas, sin embargo, representa
la primera negociación (concertacesión) con el PRD y
específicamente con Cuauhtémoc Cárdenas,
que había colocado como candidato en ese proceso electoral a Cristobal Arias. Así pues, la llegada de Ausencio Chávez obedece a intereses de Cárdenas.
Jesús Reyna fue
Procurador de Ausencio Chávez y en
1994 lo hizo Secretario General de Gobierno y lo impuso a Tinoco Rubí durante dos años más (sólo pa cuidarle la espalda)
Chávez (ahora
funcionario de segundo nivel en SEP) mantuvo parte de su poder durante el
mandato de Víctor Manuel Tinoco. De hecho es parte del clan de Cuauhtémoc Cárdenas y junto a él
mantiene control del estado durante los dos mandatos perredistas.
En el proceso electoral loca de 2007 Reyna contendió contra Godoy
y perdió, para el proceso electoral pasado había anunciado su interés por
volver a contender, sin embargo, en la búsqueda de ganar, Ausencio Chávez lo convenció para que cediera su lugar a un
liderazgo más conocido y con mucha capacidad de obtener el triunfo (casi como
el caso de Eruviel en México) a
cambio también le propuso lograr la Secretaría de Gobierno y “algunos
otros puestos” en la administración y posiciones en la legislatura
local.
Juntos armaron el expediente que mostró a Peña Nieto los acuerdos que Vallejo había negociado con el cartel
Nueva Generación (situación que tanto Silvano
Aureoles como Luisa María Calderón,
contendientes en la campaña, habían gritado de manera incesante desde la
campaña)
Con ese argumento se pidió a Vallejo dejara la gubernatura y se convenció a la legislatura para
que nombrara a Reyna, sin embargo, a
través de Azcárraga (con la
intervención de Genovevo Figueroa)
se logró revertir la decisión, de hecho la presencia de Peña Nieto hace unos días en Michoacán fue para tratar de negociar
con ambos una salida al asunto.
Una vez en el cargo, Fausto
Vallejo tendrá que lidiar con los clavos que deja Reyna, pero tendrá un periodo de seis meses para reforzar su
gabinete, el acuerdo es que “aceptará” un procurador impuesto por el centro y
que el área de seguridad pública recaerá en un mando militar. SALUD
Así, esta “concertacesión inversa” implicará
que gana momentáneamente Vallejo, pero vuelve a perder Michoacán y los
michoacanos, pues regresará (que nunca se fue) la violencia y los
enfrentamientos de grupos del crimen organizado, incluidos los políticos.
SALUD
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