Desde hace más de 15 meses los niveles de incremento de
precios al consumidor han mantenido inestabilidad e incertidumbre, de hecho la
tasa de incremento anual (desestacionado) en abril y mayo pasado estuvieron
cercanas al 5 por ciento.
El reporte
del índice de precios al consumidor de 2012 señala 3.25 por ciento lo que
significaría para los meses referenciados una diferencia cercana al 45%,
situación absolutamente anómala para esos meses.
La mayor inestabilidad en los precios al consumidor se está
presentando en productos agropecuarios que en abril pasado tuvieron un
incremento promedio superior al 17%, en esencia ese sector siempre representa
las mayores variaciones (producto de la estacionalidad de algunos de los bienes
del sector) sin embargo, este año fue especialmente explosivo (resultado de
malas cosechas por factores climatológicos)
Ayer Sinaloa (uno de los principales productores de granos,
hortalizas y pastura) fue impactado por Manuel y la cosecha del ciclo otoño
invierno estaba en proceso, además de los daños ocasionados por la conjunción de
meteoros de hace unos días en todo el territorio nacional, especialmente en la
zona centro del país.
Esos productos (primero los agrarios y luego los pecuarios)
transitan en esta parte del año por variaciones muy importantes y la escases
que puede presentarse alcanza para que los niveles de inestabilidad sean
incontrolables.
A ello hay que agregar una falta de liquidez en las empresas
nacionales, producto de incapacidad del sistema bancario para financiar
(especialmente pequeños y medianos comercios) y las cargas burocráticas que la
banca de desarrollo tiene para “apoyar” esas actividades.
Finalmente, la incertidumbre de los mercados nacionales y
extranjeros, los primeros dada una creciente reducción del ingreso familiar y
por el desempleo que en algunos centros urbanos rebasa ya niveles manejables y
los segundos, producto de su propia dinámica local de crecimiento.
Como señalé al principio, la inestabilidad de precios de los
últimos meses, no es producto de un proceso normalizado, la sociedad se
encuentra a diario con cambios (variaciones) generalmente al alza de precios de
productos indispensables para su hogar, que salen de esa normalización y
contrae el consumo de otros bienes, presionando a los mercados y generando
mayores niveles de precio en bienes básicos.
Los anuncios de que una vez que se apruebe la “reforma
financiera” habrá mayor liquidez en las PyMES y que ello generará estabilidad
de precios; de que una vez que se generen condiciones propicias para acelerar
el gasto público se logrará fortalecer el consumo de los hogares, son casi
iguales a la promesa de diciembre pasado de que una vez aprobada la “reforma
laboral” se generarían unos 350 mil empleos por año.
Algunas empresas fincan su desarrollo en las ventas de los
dos últimos meses del año, esperan la llegada de esta temporada como mecanismo
de realización de inventarios y recuperación de capacidad de compra, sin
embargo nubes muy negras se observan en el horizonte y un quiebre en los
niveles de inflación, lo único que haría sería escalarse de manera acelerada
especialmente en el último bimestre.
Es imprescindible que Banxico encuentre ahora, los
mecanismos de contención de precios.
Comentarios
Publicar un comentario