El
dominio total que tenían Los Zeta en Nuevo Laredo, Tamaulipas; Monterrey, Nuevo
León; en Saltillo y en Torreón, Coahuila, ha cambiado progresivamente, tras la caída de Miguel
Ángel Treviño Morales, alias “El Z-40”.
Se supone una
alianza entre el Cártel del Golfo y el Cártel de Sinaloa, de Joaquín “El Chapo” Guzmán, para desplazarlos en ese territorio
del noreste del país, que parecía cercar a ese grupo criminal y acabar con su
violencia, sin embargo desde el sur (San Luis Potosí y Zacatecas) se han
reorganizado y ya bajo las órdenes de Óscar Omar Treviño, alias “Z-42” e Iván Velázquez Caballero, alias “El Z-50” o “El Talibán”, incursionan
nuevamente a su territorio natural con una nueva organización juvenil y una
estrategia militarizada bien diseñada y alñ parecer adecuadamente coordinada.
Los tres estados (Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas) en que
la fuerza de los Zeta fue imperante durante los últimos 5 ó 6 años ahora parece
haber un nuevo intento por recuperarlos para ello se han formado escuadrones
(de 20 personas muy violentas y capacitadas en operaciones militares) que pelearán
plazas, su interés principal es retomar Acuña y Piedras Negras en Coahuila y
Nuevo Laredo en Tamaulipas, así como recuperar las zonas de venta
(narcomenudeo) en Monterrey.
Según un estudio realizado por InsightCrime a partir de información de la DEA: “los Zeta no han tenido
instrucción (preparación) militar desde 2008 y por lo tanto son tan
sólo un grupo de bandoleros violentos que sin cabeza y sin preparación
intentarán recuperar territorios”, sin embargo, otras fuentes tras la
sentencia de José Treviño Morales, en
Texas (hermano de ambos líderes de la organización criminal) esta recuperó
parte de su capacidad financiera (pues se liberaron recursos) y parte de esa
fue ocupada en recuperar bases y capacitar a los nuevos integrantes.
El cerebro de las acciones desarrolladas desde julio pasado
parece ser Eduardo Almanza Morales,
alias “El Gori 2” (que se encarga de las negociaciones internacionales
con el sur del continente y del traslado de la droga desde la frontera sur de
México hasta los puntos de cruce con Estados Unidos) que además cuenta con
contactos en Colombia y Centroamérica para el entrenamiento militar.
Los centros de reclutamiento se establecieron en las
entidades más pobres de México, desde Chiapas y hasta Michoacán; los centros de
adiestramiento militar se establecieron en la zona de Tierra Caliente, en
Michoacán, incluso, se supone una alianza estratégica entre Caballeros
Templarios y los Zeta, con la intención de evitar que las fuerzas de seguridad
federal y estatal incursionaran durante la etapa de capacitación de comandos.
La estrategia implica que esos comandos en principio sólo realicen
actividades de reclutamiento y narcomenudeo en zonas urbanas y los grupos paramilitares capacitados sólo desplieguen fuerza en caso de ser atacados por grupos de narcomenudeo
contrarios.
Bajo esta perspectiva, quizá las 32 personas detenidas en
Torreón que son o dijeron ser parte de los Zeta, en realidad sean parte de esas
células ya reorganizadas y que en breve ese tipo de grupúsculos reaparezcan en
otros centros urbanos de los estados que desean recuperar.
No hay duda, que la reaparición de estas células de
militantes de esa organización criminal, en Torreón es apenas el inicio de una
nueva guerra en la región noreste del territorio y que de ser verdad que ya hay
acuerdo entre el Cártel del Golfo y el Cártel de Sinaloa para el dominio
territorial local, el reclutamiento de operativos locales costará además de
vidas, zozobra y mucha inestabilidad a las estructuras de seguridad local, es
decir, en unas semanas, quizá un par de meses las incursiones de fuerzas de
grupos Zeta serán más organizadas, con mayor poder de fuego y sobre todo, con capacidad
para desestabilizar las estructuras de poder local.
Quizá como al principio del presente
siglo, se observen verdaderos actos de crueldad
contra miembros de otras organizaciones criminales y actos de verdadero terror
contra la población civil y de ataque directo contra las fuerzas de seguridad
local.
Es posible que en el corto plazo además pueda haber algún
acto terrorista de gran magnitud (quizá en uno de los centros urbanos más
poblados) como una manera de mostrar el nivel de fuerza y despliegue
estratégico.
Tener en consideración esta posibilidad puede ayudar a
reducir riesgos.
SALUD.
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