Hasta el salinato cada gobernador (hasta entonces casi
absolutamente priista), tenía permitido que las mafias se asentaran en el
territorio de sus estados, siempre y cuando entregaran sus cuotas mensuales y
mantuvieran perfiles bajos para que la sociedad no diera cuenta de ellos, el
poder era compartido entre los administradores de justicia y los traficantes.
Salinas intenta trastocar el poder local y para ello
requiere de cambiar usos y costumbres en la administración pública, se enfrenta
a los poderes locales, tratando de lograr “beneficios competitivos” en ese
negocio, intenta formalizar e “institucionalizar” la protección a los cárteles
y para ello se enfrenta a los gobernadores, como resultado se tiene la caída (y
sustitución) de catorce durante su administración.
Hoy parece regresar el esquema, tras la “licencia” de Fausto
Vallejo que estaba apoyando a al Cartel Nueva Generación (escisión de
La Familia) y la formación de estructuras paramilitares con propósitos no de autodefensa,
sino de criminalidad. Parece que ahora
se enfocan baterías contra Ángel Aguirre
en Guerrero y Javier Duarte en
Veracruz, el primero convexo al izquierdismo y el segundo convencido priista
(baste recordar la historia de las maletas con dinero del gobierno veracruzano
viajando al aeropuerto de Toluca)
Ambos gobernadores emborujados uno por la CNTE (Ceteg) que
parece tener la consigna de llevar al precipicio al gobierno local y ya casi lo
consigue pues ahora resulta que en un arranque de “legalidad” a don Ángel se le
ocurrió la peregrina idea de contratar maestros temporales para cubrir a los
paristas, SALUD. El otro por el embrollo de sus funcionarios
usando recursos públicos de programas federales para acciones partidistas.
En Guerrero desde hace seis años, la plaza de Acapulco está
tomada por mafias que en su guerrita han logrado sembrar el pánico de la clase
empresarial local, de hecho Luis Walton
(que cobra como presidente municipal) asegura que son 27 los grupos criminales
que ahí operan, SALUD, esos grupos
se ramifican hasta la Montaña y siguen sus pugnas hasta territorio oaxaqueño y
michoacano.
En Veracruz, desde hace muchos años hay una lucha intestina
(sobre todo al norte) entre zetas y otras organizaciones criminales. Además de que parece que Duarte ha querido “cobrar favores” al equipo peñista y ha puesto un
precio muy alto.
Regresar a la presidencia omnipotente y omnipresente,
requiere de desmantelar las estructuras locales de poder, quitar parte de poder
a los caciques locales para asumir el control, a Osorio Chong le tocó la tarea de sensibilizar a los gobernadores,
para que se hiciera lo posible por reducir la violencia estatal mediante
esquemas de reparto de territorio y sometimiento de los que no acataran o se
apegaran a programa, parece que con buenos resultados en algunos lugares, pero
sin logros inmediatos, a Murillo Karam
le toca la tarea de evitar que os gobernadores se alíen con grupos contrarios y
ya empezó con Vallejo, seguirá Aguirre
y si no se alinea Duarte.
La verdad todos tienen sus “cositas” que pueden exponerse y
mas rápido que tarde tendrán que “seguir las instrucciones” o se irán, el
riesgo es pues el regreso de la presidencia imperial y la inexistencia de
contrapesos sólo produce una cosa, mayor rezago para muchos y una nueva camada
de multimillonarios.
SALUD.
SALUD.
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