Desde Roma dijo Peña Nieto “En un año podremos estar haciendo un balance (…) en un año podremos estar viendo, espero yo,
resultados favorables, una reducción sensible” tras señalar que el cambio
de estrategia requiere de maduración en la articulación de las políticas
implementadas (SALUD) y la
conformación de la Gendarmería Nacional.
Aunque NO se ha definido la “nueva” estrategia de ataque a
la violencia queda claro que la intención es definir las “áreas prioritarias de
intervención” y con base en ello, establecer “de manera conjunta” con la
autoridad local (es decir hacer responsable siempre al que debiera ser
responsable) las acciones de prevención, disuasión, intervención y
enfrentamiento de las actividades criminales.
Sin
embargo, el problema real es que la autorida (así) local NO HACE SU CHAMBA pues
está coludida con la criminalidad (y en ocasiones es parte del problema, no de
la solución)
Es decir estamos reproduciendo de origen el mismo problema
que nos llevó a la situación en que estamos, por citar un ejemplo:
En la
carretera federal 127 (tramo Tuxpan-Tantoyuca) son comunes los asaltos a
unidades de transporte de carga y de pasajeros, las autoridades locales tienen
conocimiento de ello (es más en tres ocasiones han realizado intervenciones y
han detenido compañeros) sin que se logre reducir y meno inhibir el delito,
pues la impunidad impera.
Así el traslado de la responsabilidad a la autoridad local per se,
no implica que se reducirá la violencia, cuando menos NO DE MANERA NOTABLE, es decir
dentro de un año, estaremos diciendo que nos equivocamos nuevamente y que se requiere
reajustar “nuevamente” la estrategia.
Hace siete años, un especialista en esos temas, aseguraba
que lo primero que había que hacer era meter a los policías que amparados en su
actividad estaban delinquiendo, decía “metiendo
a la cárcel a unos 300, haciéndolo público con un gran despliegue de comunicación
(especialmente en las regiones en donde se hacía la detención y procesamiento) en unos meses ves que se reducen los actos
delictivos, pues el delincuente (policía o no) sabe que hay consecuencias en su actuar”, aseguraba además que “el riesgo que se presenta es que la delincuencia
se mueva de locación (…) que se
traslade a lugares más cómodos” sin embargo, con una acción nacional, se
evita eso.
No creo que los “expertos” consultados por la autoridad
actual, no les hayan señalado el camino a seguir, sin embargo, la “limpia” de
las estructuras de seguridad pública además de costosa (no sólo por los cambios
sino por la eminente migración de los malos elementos a actividades criminales)
es tardada e implica graves desajustes sociales en lo inmediato.
Un camino equivocado, lleva NECESARIAMENTE a un resultado no
deseado, lástima que sea la sociedad quien lo tenga que soportar, SALUD.
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