Algunos analistas políticos consideran la existencia de dos
grupos internos en el PAN, estableciendo a Felipe
Calderón como cabeza de uno que tiene parte de las estructuras del CEN (a
partir de la operación que como presidente de la República desplegó) y algunas
e las estructuras de los comités
directivos estatales, al cual denominan de los filósofos o sangre azul; el
segundo el denominado Grupo de los Gobernadores, en donde se observa a Ernesto Ruffo como cabeza pero que sin
ser homogénea opera en los comités directivos estatales y propicia discusiones hacia
el interior del CEN y el tercero, que se denomina de neopanistas que cada vez
son menos y con menor influencia interna.
A los anteriores grupos algunas personas suman una corriente
intermedia que estaría liderada (si es que todavía existe) por Diego Fernández de Cevallos.
En los trabajos previos a su Convención Nacional las
diferencias parecen hacerse profundas, pues el lugar obtenido en el proceso electoral
federal pasado, no dejan contento a ninguno de ellos, de hecho la comisión
preparatoria de esa convención preparó un diagnóstico considerando las
opiniones de “distinguidos” miembros, pero no acaba de ser digerido.
Ayer escuchaba a Gustavo
Madero referirse a la derrota electoral, como consecuencia de ”las prácticas corporativistas que en contra
de sus principios aplicó durante los años de gobierno federales panistas” y
Germán Martínez escribiendo respecto de la “alianza” realizada con Elba Esther
Gordillo y sus consecuencias como desastrosas, como dicen allá en mi pueblo: la
victoria es de todos y la derrota siempre es huérfana.
Supe que Ernesto
Cordero, se deslindó del “Pacto por México” y apeló a la autonomía del
poder legislativo para legislar (descubrimiento casi tan valioso como el del
agua tibia) como medida de presión hacia el interior del PAN.
También escuché al ilustre comunicólogo Ciro diciendo (a partir de esta declaración de Cordero) que de seguir por esa línea el PAN lo ve en cuarto sitio
en las siguientes elecciones federales (cuanta filosofía encontré en esas
palabras)
En realidad el PAN como partido político va desde los radicales
de derecha o misioneros disfrazados de políticos cuyo mayor exponente es Josefina Vázquez Mota, hasta los grupos
modernizadores que sólo se diferencia de los que ahora detentan el poder en el
color de su camisa (a veces) SALUD.
Las pugnas no son de índole ideológica, sino de posiciones,
de lugares en el Consejo Nacional y de recursos para sus propios negocios
(incluida la política que la ven así, como un negocio más) y están observado
como algunos otros mexicanos el endurecimiento de la aplanadora gubernamental,
lo que los lleva a pensar que la “alianza” que les favoreció en 1989 para
lograr su primera gubernatura, ahora los pone al borde de quedarse sin posiciones
firmes (de las que dan recursos) y sienten la tentación de desmarcarse o
renegociar.
Pero como dijo Ciro,
los veremos en cuarto lugar en las federales del 2015, SALUD.
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