Dicen los enterados que el movimiento telúrico de 1985
(sismo) que sacudió a la Ciudad de México, puso al descubierto las
incapacidades de las “administraciones” priistas y causó las desavenencias (cisma)
de la “clase” política nacional.
Lo que si es cierto es que una gama de organizaciones
sociales se apoderaron de las calles de la ciudad entre otros la Unión Popular Revolucionaria Emiliano
Zapata (UPREZ) la Coordinadora
Nacional del Movimiento Urbano Popular (MUP) y ―muy especialmente― la Asamblea
de Barrios (AB) de corte
socialista, también en el ámbito medio ambiental surgieron ·”organizaciones”
como la Alianza Ecologista Nacional
y el Movimiento Ecologista Verde de
México.
El primero es la larva de lo que hoy conocemos como Partido Ecologista Verde de México y el
segundo ―integrado por académicos― fue rápidamente coptado por las “estructuras
oficiales” al proponer a Julia Carabias
el Instituto Nacional de Ecología y años después la Secretaría de Recursos
Naturales y Pesca.
Pasando parte de sus estructuras a integrarse a lo que se
conoce como el primer movimiento ecologista nacional (1986) que incluso intentó
obtener registro para el proceso electoral de 1988 sin éxito.
El cisma político de 1987 generó un gran movimiento popular en
la ciudad, permitió la organización comunitaria y dio paso al Frente Democrático Nacional (FDN) que tuvo un gran éxito electoral
en las elecciones federales y según las estructuras de poder debía ser
contenido o debilitado para el proceso electoral siguiente (1991)
Se encargó a Manuel
Camacho (entonces regente de la ciudad) esa actividad y para apoyarlo a
Emilio Martínez Manautou “distinguido”
miembro del grupo Tamaulipas ―ex gobernador de Tamaulipas y ex secretario
de la Presidencia y de Salud, además considerado uno de los más cercanos “colaboradores”
del régimen diazordacista― que a través de Jorge,
Víctor y Enrique González Torres establecen un entramado de “apoyo” a
actividades ecologistas (Jorge al
frente) y de beneficencia (Enrique padre
jesuita y Rector de la Universidad Iberoamericana) “fundando” diversas
organizaciones de apoyo social (entre las que destacan Comunidad Crecer y la Casa
de Atención al Anciano y Promoción Social y Víctor ya metido al negocio farmacéutico y con un “gran olfato” para
negociar con el gobierno la compra de medicamentos a precio alzado.
El “generoso” gobierno federal a través
el DDF otorgó recursos millonarios (en viejos pesos como me corrigió ayer
alguien de mi TL pero millonarias al fin) para apoyar causas de justicia social
y acciones de desarrollo ecológico (incluso Julia Cracabias ya para entonces Secretaria financió proyectos muy
dudosos)
Ya el doctor Martínez
Manautou desde su salida de la Secretaria de la Presidencia había fundado
las Farmacias Fenix y entonces se
encontraban en manos de los hermanos Martínez
Torres, que fungían como prestanombres del “distinguido personaje”
Un cuidadoso andamio para llevar recursos al negocio de un “nuevo”
partido político, hoy lo conocemos como PVEM y desde entonces ha sido una franquicia
familiar que les permite lograr posiciones políticas, hacer presión para lograr
“negocios”.
En los procesos federales de 1991 y 1994 el PVEM logró entre
el 7 y 10 por ciento de la votación y con ese último porcentaje se “vendió” a
Fox y al PAN para el del 2000, esperando jugosos dividendos que el “olvidadizo”
de Fox desconoció y ellos (a manera de presión) decidieron desconocer a Fox.
La franquicia además les deja una tajada grande de recursos
públicos para otros negocitos que se dice están haciendo allá por Quintana Roo
y Chiapas, incluso algunos dicen que en contubernio con Camacho van a proyectar a Manuel Velazco
como su prospecto a la Presidencia en 2018, PUES SALUD.
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