En 1995 tras el “error de diciembre” se nos dijo que “la
economía mexicana estaba sostenida con alfileres” y la respuesta de Pedro Aspe (que había sido secretario
hasta noviembre de 1994) fue; “pues para que se los quitaron”, el
caso fue que el peor desempeño económico nacional se presentó entonces y la
culpa de ese desastre se la reparten entre ellos.
En 2013, tras las primeras “reformas estructurales” se
nos dijo que el desempeño de la economía mexicana sería mucho mejor, es más
hubo voces que auguraron crecimientos de más del 5 por ciento anual y quienes
aseguraron que ya en 2014 estaríamos por arriba del 3 por ciento; lo que se dio
en llamar the mexican moment, se perdió, se convirtió en otro de los
muchos momentos de ilusión no concretados.
En aquel entonces (2013) hubo voces internas y externas que
manifestamos que los “logros” legislativos eran en
realidad un retroceso y los mejores analistas internacionales sólo preveían que
sus primeros efectos se notarían en 15 ó 20 años.
Desde hace unos meses, los niveles inflacionarios (aunque
INEGI no los reporta así) se han disparado de manera peligrosa, hoy una
comparación de precios con finales del año pasado muestran productos básicos
con entre 25 y 30 por ciento de incremento en precios; las familias mexicanas
migran a proteínas de menor calidad para completar la dieta con el presupuesto
de que disponen.
Desde mediados de febrero el precio de nuestra moneda en los
mercados internacionales ha venido teniendo sustanciales decrementos, aunque
los muy “ingeniosos” analistas oficiales afirman que “con
ello se fortalece la posición de nuestros productos en los mercados
internacionales” queriendo decir que vamos a vender más productos al
exterior pues están más baratos, ello en realidad no es tan cierto, pues muchos
de los mercados consumidores están también sumidos en una crisis de demanda.
Ya se prevé que la FED (reserva federal estadounidense)
determine un incremento en las tasas de interés referencial local, con lo que
algunos de los capitales colocados en bolsa (y otros instrumentos financieros
liquidables) migren a un mercado mucho más estable; de hecho hace un par de
días platiqué con un compañero de la escuela que está metido en cuestiones de
instrumentos de inversión y me dijo que ya desde hace un par de semanas, ha
habido importantes traslados de fondos a mercados menos volátiles.
La efervescencia social, parece agravarse (no sólo no
detenerse como dicen los “analistas” nacionales),
especialmente en franjas del país con instituciones muy débiles y “autoridades”
locales corruptas o cuestionadas.
Los procesos electorales están descomponiendo el clima
político local en algunas de las entidades federativas en que habrá comicios y seguramente
tras la designación de candidatos, los problemas habrán de ser una constante,
que enardecerá grupos e incrementará la violencia social local, ya de por sí
muy frágil.
Ahora hay reclamos estatales por la “no realización de elecciones” en dos entidades federativas y se
prevé que al paso de los días, estas escalen en nivel y brinque en
territorialidad.
Estamos otra vez con una economía en alfileres, pero lo peor
es que esos mismos alfileres soportan unas estructuras sociales y políticas muy
frágiles.
Los comicios de junio próximo sólo auguran mayores niveles
de descontento social y hasta violencia postelectoral, que tumben los alfileres.
SALUD
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