Después del proceso electoral federal y sus “concurrentes”
en 19 estados del pacto federal, aun persisten las voces de personajes de la
política y opinólogos que insisten en no “entender” el abrumador resultado
(pese a las voces de los más “enconados” que ya “aceptaron
la irreversabilidad del evento”)
En 2012 (apenas un día después de la “toma de posesión” de Peña) se “anunció” un pacto sellado
en el Castillo de chapultepec (así), instrumento mediante el cual el gobierno
entrante y los presidentes nacionales de los tres partidos políticos “más
importantes” con cinco grandes temas y 95 acuerdos (casi una centena de
“acuerdos” establecidos entre
gobierno y partidos políticos) para hacer de México una potencia mundial.
Entonces calificado como “Una verdadera proeza” (la
prensa), “muestra de un nuevo México” (la TV nacional, “Inaudito”
(prensa internacional); pero para algunos simples (e insignificantes)
observadores locales “actos
<apegados derecho> (esa palabreja que tanto le gusta a nuestra clase
gobernante), que exacerban los ánimos de la población”.
Tras
la aprobación de la Ley General de Educación (y los otros instrumentos legislativos
para la mal llamada “Reforma Educativa”
(que según ellos era la reforma madre
o reforma de reformas) dejé clara mi posición respecto de ella; una
reforma administrativa; pero especialmente me enfoqué a uno sólo de sus artículos
que a la letra decía “Se prohíbe el pago de cualquier
contraprestación que impida o condicione la prestación del servicio educativo a
los educandos” como dicen algunos de mis paisanos sonorenses “una shulaaada”
de pendejez legislativa que 368 diputados de todos los partidos (excepto MC y
PT <27 en total>) no vieron, no leyeron, no entendieron o simplemente:
les valió madre.
Esa pendejez, esa incapacidad de entender lo que requieren
los mexicanos, esa manera de despreciar de manera tan sistemática y recurrente
el sentir de su electorado, mostrado en una imagen simple, en una frase, en una
palabra, en un evento, es lo que, hace unos días les reprochamos a esos tres
partidos políticos “más importantes”
Les comunicamos con inaudita fuera “ya no les tenemos confianza”
“ya no los queremos” “ya no
los necesitamos” “hemos decidido confiar en otro” les
comunicamos con claridad y con inaudita fuerza “son ustedes una bola de ineptos” y queremos probar que hay otro
camino.
No sé, no creo que 368 diputados (algunos de ellos
analfabetos) no hayan visto, no hayan entendido, o no hayan leído; me queda
claro que para ese grupo de “legisladores” era importante dejar establecido que
se “prohíbe
el pago” no el cobro, no la solicitud, no la imposición, no la recaudación,
no la exigencia, pues para ellos, el que comete la infracción es quien se ve
obligado a pagar no quien lo extorsiona o le exige ese pago.
Así como “reformaron” esa ley, la Constitución
hasta hacerla un instrumento reglamentario, así, diversas disposiciones fueron
“modificadas”
para entregar los recursos nacionales a quienes desde siempre los habían
deseado.
Se ignoró legislar en temas nodales como los derechos
indígenas (acuerdos 34 y ss) o aportaciones presupuestales a cultura (acuerdos
16 y ss) o ciencia y tecnología (acuerdos 46 y 47), derechos humanos (acuerdos
26 y ss) o libertad de prensa, campo (acuerdos 64 y 65); se “cubrieron
de gloria” con los temas de Telecomunicaciones, Energía, Banca
Comercial, Coordinación Fiscal y otros que sólo favorecían a los partidos (a
esos tres partidos políticos)
Los mexicanos no somos tontos, aceptamos nuestro error y
simplemente corregimos, hoy entregamos el poder a una fuerza política, le
otorgamos un mandato completo (sin acuerdos obscuros o vergonzantes) para que
haga de México un mejor lugar.
SALUD
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