Hace unos días se publicó el contenido de una llamada de Gerardo Rubio Romero, secretario del
ayuntamiento de Nogales a Alán
Echeverría Tobié (recientemente designado) Delegado del INM en Sonora lugar
que dejó Enrique Claussen Iberi, para
convertirse en operador de la candidata del PRI a la gubernatura,
configurándose ahí dos delitos, uno el de peculado o uso indebido de recursos
públicos y otro el de abuso de facultades por parte del delegado federal.
En esa llamada el secretario del Presidente municipal “ratificaba”
al que según los enterados locales es un mero enlace de la campaña la intención
de su jefe (el presidente municipal) de poner a las órdenes de la candidata
todo el apoyo y concluye diciendo “dile que traigo dos maletas, una en cada
mano y que no hallo que hacer con ellas” pero ya el presidente
municipal lo cesó al secretario y se acabó el problema.
También se “filtró” otra llamada en la que una
el mismo Claussen es “enterado”
(supongo que por una empleada bancaria local de nombre Paulette) que “cambiaba la plataforma, ya no va a ser
Londres sino Caimán” en este caso no se han dado mayores explicaciones
y parece que seguramente van a cesar (o ya cesaron) a Paulette.
El caso es que tras esos audios, hoy la “honesta”
candidata del PRI salió a decir “todos los sonorenses sabemos dónde está la
corrupción de este gobierno del PAN. La
hemos documentado y denunciado ante la Procuraduría General de la República, y
la Procuraduría General de Justicia del estado”, como diciendo pues sí,
acá hay cosas que estamos haciendo, pero también allá las hay y luego, en un
tono verdaderamente retador, increpando al candidato del PAN Javier Gándara a “explicar”
los actos de peculado y fraude de los que ha sido acusado.
Muy del estilo de ellos (de la clase política nacional) en
donde para evitar explicar sus actos, acusan de otro acto similar al
contrincante y con ello, se borran las ofensas sociales, con ello (en
apariencia) se olvida su propio acto.
En una sociedad informada (como lo es la de Sonora) un acto
criminal no borra otro anterior, incluso el clima de animadversión se enardece,
llegando a convertirse no sólo en desencanto sino incluso en franco rechazo a
la política y a los políticos.
Ahí desde hace muchos años, la sociedad local está desilusionada,
incluso en 1997 un muy mediocre candidato perredista, logró casi una cuarta
parte de los votos, así que ahora, parece fortalecerse la hipótesis de que la
mano que mece la cuna y ataca a Pavlovich
está sentada en la cámara de senadores y quizá desde ahí apoya a Carlos Navarro López.
En resumen, los candidatos del PRI y el PAN en Sonora seguirán
ventilando en público los niveles de corrupción a que están acostumbrados con
absoluta impunidad, mientras las otras fuerzas políticas pueden ser
beneficiarias de ello.
Aunque lo verdaderamente grave es que no hay autoridad alguna que haya asumido la investigación de los casos de desvío re recursos públicos y (cuando menos) uso de recursos de procedencia ilícita en el caso de la campaña de Pavlovich.
SALUD
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