Tratando de recordar algunos de los casos en que me toco ver
o saber de ellas, en los pueblos era generalmente la población con mayor poder
adquisitivo (comerciantes o políticos, cosa verdaderamente rara en este país)
los que al fallecer un miembro de la familia, generalmente él miembro de la
familia que debía ser querido por la población, por sus generosidad y entrega,
por sus actos de humanidad ante la población.
Mi primer contacto con ellas fue en velorio de un veterinario
de allá del istmo de Tehuantepec, que había hecho popularidad y algo de
patrimonio gracias a su profesionalismo, pero que alguien lo convenció de
meterse a la política, en donde su nombre resultó muy mal tratado, pero su
patrimonio (y el de sus hermanos y hermanas) se vio muy favorecido. Las plañideras eran mujeres de una localidad
muy alejada, que ni lo conocían, pero repetían
hasta el cansancio lo bueno que el doctor era, casi como santo había
salvado innumerables vidas (sin saber que atendía animales de cuatro patas)
Hace muchos años asistí al sepelio de uno de los caciques de
San Luis de la Paz (cuando estaba a pié de carretera) ahí había un grupo (unas
7 u 8 plañideras) que con verdadero fervor realizaban su trabajo, de hecho la
población de la localidad se acercaba para intentar saber quiénes eran sin
lograr descifrarlo, al siguiente día me toco estar en Doctor Mora y ahí me encontré
en el mercado haciendo sus compras a tres hermanas que por cierto eran
originarias de León y desde allá habían sido llevadas al velorio.
Bueno, compran lloronas, quienes no tienen quien les llore y
necesitan que los presentes se den cuenta de lo muy queridos que son; así como
compran aplaudidores los que no tienen que decir cosas importantes pero quieren
hacer pensar que hay mucha gente que agradece lo que dice (así surgen los
acarreos y hasta alguna que otra marcha)
El señor Peña Nieto,
según Rodolfo López Negrete (titular
del Consejo de Promoción Turística de México) se reunió con Kevin Spacey (protagonista de House of
Cards) tras un evento en el que el CPTM (dependencia sectorizada en turismo y
con presupuesto de nosotros) tras un “evento que costó alrededor de 3.5 millones
de dólares, que algunos la de los gastos fueron ‘autofinanciados’ a través de
la publicidad y la venta de boletos, y que ‘la participación de se dio’”
La verdad el señor Nieto
(como dice Spacey en el twitt que
generó esta polémica) pagó para crear una imagen que se le ha negado, pero eso
no nos debe de importar, lo que verdaderamente debe indignarnos es que se use
el presupuesto de los contribuyentes mexicanos para ese tipo de actos, a mí en
lo personal me importa un comino si las hijas de Peña están sentadas en primera
fila de un evento carnavalesco o si la señora de Peña viaja cada tres fines de
semana a Las Vegas sólo a ver espectáculos “culturales” que ahí se
presentan. Lo que me importa es que se
gasten recursos de los mexicanos en ello.
Si Peña quiere
reunirse con el señor Spacey, que o haga
con sus recursos y después lo publique (también con sus recursos) en donde le
venga en gana, la pregunta es: ¿quién paga las plañideras? y si las hemos de pagar
los invitados al velorio o las deben pagar los deudos.
SALUD
Te recomiendo:
Comentarios
Publicar un comentario