En el mejor de los casos es una recesión leve, pero recesión
al fin, de hecho los
indicadores de crecimiento del PIB desde el primer trimestre del año pasado
son verdaderamente desalentadores y a pesar de todos
los esfuerzos mediáticos realizados desde los órganos administrativos y sus
satélites, no se puede ocultar el debilitamiento de la capacidad del sistema
para crecer.
La serie
desestacionalizada del PIB de tendencia ciclo que elabora el INEGI revela que
en el segundo trimestre de 2013 la economía cayó 0.44% en comparación con los
tres meses anteriores, cuando acumuló una contracción de 0.02% y estos dos
únicos datos bastarían para declarar un proceso recesivo de la economía, sin
embargo la autoridad financiera nacional se ha resistido a realizarlo.
En términos mediáticos, tanto la SHCP como Banxico han
hablado y escribido (así) de un proceso de aletragamiento en el crecimiento
económico y han señalado como principal causa de este a factores
internacionales (SALUD) sin considerar elementos intrínsecos de nuestra economía.
Una serie desde el primer trimestre de 2011 muestra en el
mejor de los casos que la economía nacional viene perdiendo dinamismo desde el
primer trimestre del año pasado y que no hay mejores expectativas para el
futuro mediato.
De hecho, la SHCP hace unos días señaló que se espera un
crecimiento para este año del 1.8% bajo el supuesto de que a partir de este
trimestre iniciaría una reversión de la tendencia, situación que incluso para
los más optimistas MUY DIFÍCILMENTE se observará.
Parece que para los responsables de las finanzas públicas
nacionales es más fácil negar la realidad que afrontarla, para el IMEF el
riesgo de no enfrentar con medidas anticíclicas esta situación, llevaría a una
progresiva pérdida de competitividad y (por lo tanto) a la profundización de la
crisis, de hecho ya estiman en crecimiento económico de México para este año
por debajo de lo estimado por hacienda (en 1.5%) Y YO CREO QUE SE QUEDARON
CORTOS.
En la situación actual, con una demanda interna contraída y
con muy poca expectativa de que la demanda externa se incremente en el corto
plazo, una expectativa de crecimiento más allá del 1 por ciento en este año es
muy optimista, pero como dicen en mi pueblo “la realidad es más necia que la
buena voluntad”
Para el mismo IMEF, este nivel de crecimiento económico implica
mayores niveles de desempleo y mayor contracción de la demanda interna, para
ellos además, ni la “reforma financiera” ni la “reforma fiscal 2014” permiten
suponer políticas anticíclicas, es más califican a algunas de ellas como
procíclicas.
En realidad, la economía mexicana está detenida precisamente
por la falta de acciones de fortalecimiento del mercado interno y la apuesta a
un cambio legislativo.
Mientras se considere más importante la apariencia que la
realidad, mientras se sustente el crecimiento económico en expectativas de
orden subjetivo y mientras se abandone el diagnóstico sustancial, para atender
el ímpetu modernizador, estaremos tejiendo ilusiones, pero mientras permitamos
que esos administradores de la política pública sigan empecinados en sus “modernización”
a partir de reformas legales, en lugar de dedicarse a desarrollar políticas
adecuadas a la legislación actual, no tendremos capacidad de crecimiento.
Esas medidas legales llegarán y después de algunos años
(como en el caso de la “reforma laboral” no tendrán frutos y habrá que inventar
nuevas y México permanecerá en "estado de aletargamiento" económico, como les gusta decir a esos administradorcitos.
SALUD
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