Por ahí andan diciendo que la Policía Federal, se convirtió en
puerta abierta a delincuentes, dicen que “La Hermandad” (legendaria cofradía
suficientemente documentada en diversas ocasiones, pero quizá este sea el mejor
de todos en el internet) surge desde mediados de los 70 en la policía del
DF y se fortalece (extiende sus brazos y agremiados) durante la administración
de Arturo “El Negro” Durazo.
A la llegada de Cárdenas al Gobierno del Distrito Federal en 1997, La Hermandad estaba
consolidada, de hecho Alejandro Gertz Manero y los hermanos Miguel Ángel y Jesús Ignacio Carrola (como
lo dije antes) son los representantes de esta organización delictiva en el
gabinete del primer gobierno del cambio del DF.
Desde entonces se encapsuló su poder y con
acuerdos cupulares se les garantizó por una parte impunidad y por la otra la
posibilidad de seguir operando, sin ser molestados siempre y cuando mantuvieran
el “orden”
en la ciudad y en el cuerpo policiaco, de hecho diversos estudios serios sobre
la actividad delictiva
en el DF, pese a mostrar clara tendencia a la baja desde 1998 y hasta la
fecha, se mantiene en niveles muy altos (aun comparada con otras entidades
federativas del país)
En 2002, cuando Manuel Mondragón y Kalb es nombrado Subsecretario de Participación
Ciudadana y Prevención del Delito de la Secretaría de Seguridad Pública del
Distrito Federal, recae en él dar seguimiento a la queja ciudadana y “canalizar”
esa demanda a través de los causes institucionales para ser atendida.
Desde entonces tiene contacto por un lado con
los mandos de La
Hermandad (para pactar el “tratamiento” que debía
darse a cada denuncia y la “presentación” de inculpados de
manera casuística, para calmar las ansias de justicia), de acuerdo con un
reporte elaborado en 2006 (para la entrega recepción del gobierno de López Obrador al de Ebrard) ”La Hermandad se encontraba absolutamente
controlada, encapsulada en las delegaciones Venustiano Carranza e Iztacalco
–con alguna presencia en Iztapalapa”, aunque en la realidad controlaban TODAS
las delegaciones periféricas del DF (Xichimilco, Tlahuac, Milpa Alta, Tlalpan,
Cuajimalpa y Magdalena Contreras) así como parte importante de Gustavo A.
Madero y Cuauhtémoc.
De hecho, para principios de 2004 tras la
llegada de Joel Ortega a la
Secretaría de Seguridad Pública del DF, en una reunión en la zona territorial
de Gustavo A. Madero, Ortega instruyó a los mando para que “evitaran”
que “viejos”
miembros de la corporación “contaminaran” las acciones que se
estaban desarrollando.
Antes que Ortega
fuera ratificado por Ebrard en la
SSPDF, Mondragón “intenta
vender” al jefe de gobierno una propuesta para “el control de las organizaciones
mafiosas al interior de las corporaciones policiacas (incluye a la PBI)
y
documentar actos indebidos de los cuerpos de seguridad del estado
(así)” sin embargo Ebrard le da largas y finalmente lo nombra en la Secretaría
de Salud.
Sin embargo, tras los desafortunados sucesos
del News
Divine, Mondragón llegó a
dicha secretaría y retomó los hilos de La Hermandad, (de hecho
controla directamente todos los expedientes de quejas contra miembros de las
corporaciones policiacas al crear un área dependiente de él en las oficinas del
Secretario) y a partir de ello controla a La Hermandad.
Ahora bien, dice Álvaro Delgado en su reportaje especial del 6 de junio en Proceso,
que La
Hermandad está de vuelta y lo está en la Policía
Federal, como a mi no me enseñaron a pensar en casualidades, debo suponer que
el autor de esa investigación (profusamente documentada) ahora está tratando de
vincular ese regreso con los acontecimientos recientes en el DF, es decir, con
el quiebre en el status quo que se dio a partir de hace un mes que “desaparecieron”
unos muchachos (miembros de una de las pandillas) de tepito.
Vamos pues a Eculubrar
(así) respecto de estos acontecimientos, lo que me lleva a suponer que desde la
Policía Federal, se intenta recuperar el control de las actividades delictivas
del Distrito Federal y que ello implica controlar a las “bandas criminales” (como
las denomina de manera oficial la SSPDF) más aguerridas y “negociar” con los capos
(que según la SSPDF no existen aunque hayan sido procesados y sentenciados por
ello) es la tarea que estará realizando La Hermandad para lograr el
debilitamiento del contrario.
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