Partamos pues de la premisa de
que estamos insertos en un mundo capitalista y que no nos podemos mover de ahí,
es más aceptemos como lo hacen ellos (aunque sólo implícitamente) que “México
se chingó en 1983” que ahí inició el declive nacional.
Incluso hasta voy a aceptar el
ejemplo colocado (muy bien) al final del documento del caso argentino entre 2002
y 2013 que puede ser considerado un caso de éxito.
Empecemos pues por el principio y
reconozcamos que el problema de México empieza, es evidente, se centra en una
endémica incapacidad para proveer a su población los satisfactores básicos; que
se ve alimentado en una creciente trenza de corrupción e impunidad que lleva
insatisfacción social creciente; y que esa estructura de podredumbre está
dominada por estructuras de poder formal e informal, enquistadas en las
estructuras políticas.
Empecemos pues por regresar a
1983 y redefinir desde las entrañas, para empezar diciendo que ya entonces, los
artículos 25 y 26 de la CPEUM, ya decían algo muy parecido a lo que ahora
establecen y que ya entonces existía la Ley de Planeación.
Que entonces como hasta ahora,
las facultades de conducción de “el Estado” recayeron en “el gobierno” y que su
“sistema de planeación democrática” fue una simulación; es decir, tomaron el
camino de integrarnos a la globalidad, de agregarnos a la esfera de “la
modernidad”, es decir, siguiendo la analogía utilizada por los firmantes del
documento: “perpetuar la desigualdad de representación política que conduce al
establecimiento de instituciones que favorecen sistemáticamente a quienes más
tienen” y sí, desde entonces la estructura política nacional se ha
convertido en cómplice de la falta de crecimiento económico, de desigualdad
social, de violencia común y de delincuencia organizada.
Han sido más de 30 años, que de
manera permanente y escalonada, en lugar de aceptar su error, se defienden y
justifican para mantenerse en ese camino; han sido más de 30 años de
justificación tras justificación, para decirnos estamos mal pero seguiremos
estando mal hasta que ustedes no hagan algo para que nosotros dejemos de
mentirles, robarles, saquearlos y depauperarlos.
Es decir treinta años de generar
un espiral que en el vértice concentra impunidad y en el extremo concentra
violencia y la inequidad; que ahí cabe tanto que casi cabe la mitad del país
que ahora se encuentra en niveles de carencia alimentaria.
Por eso me pregunto qué tan
viable es que ahora, tras tres décadas de mantenerse empecinados en ir por un
camino de retroceso en el que sólo ellos (un puñado) decidió y cree que ganó: ¿está
dispuesto a ir por otro camino?, no puedo estar más de acuerdo con los
planteamientos en materia de crecimiento económico y derechos económicos,
sociales culturales; es más hace años
era necesario que se pasmaran de manera clara pero ¿alcanzarán a entender que
hay otro camino?
Pues sí desde hace años que “compartimos
la indignación y el hartazgo de la ciudadanía ante la crisis de derechos
humanos, la inseguridad pública, la violencia y la complicidad entre
autoridades y delincuentes; ante la corrupción y los pactos de impunidad
explícitos o implícitos que estimulan los crímenes y fomentan el
enriquecimiento ilícito” y hay que hacer realidad el estado de derecho
y construir la democracia en México así cómo restablecer la seguridad pública y
mejorar la transparencia y la rendición de cuentas, pero ¿entenderán que de no
iniciar de inmediato ellos no serán parte del cambio?
Ahora veamos la propuesta del
cómo y el documento habla de de cambiar sustancialmente su actitud frente a los
procesos de globalización, de redefinir internamente un modelo de desarrollo
económico enfocado al mercado interno y después la inserción eficiente y digna
en la economía mundial; propone para ello que nuestro país se convierta en
promotor de las reformas institucionales que los organismo internacionales FMI,
Banco Mundial, OMC y otras deben sufrir; pero: ¿No están ahí en la dirección de
esas y otras “instituciones” nuestros representantes desde hace cuando menos
20 años? y ¿No son ellos ahora los que desde ellas señalan (con la misma
terquedad que hace 35 años) que ese camino que tomamos en 1983 es el correcto? Entonces
¿Qué posibilidad real hay de que ahora México y un gobierno tan desacreditado
logré hacerlos cambiar de opinión? Pero sí, quizá “una gestión global de carácter
democrático, que atienda el crecimiento económico general y el reparto
equitativo de sus beneficios” sea la solución y también estoy de
acuerdo con que eso tardará años.
Luego nos proponen una “renegociación”
del TLCAN, pues a más de 20 años lejos de haber mejorado las condiciones de
vida de los mexicanos, las ha empeorado, de los tres puntos (puntuales) sólo me
puedo apegar al último en cuanto a que “nuestro país aplique una nueva estrategia de
desarrollo, que puede instrumentarse utilizando los márgenes de maniobra
disponibles” pues aunque no lo dicen explícitamente también las otras sólo
podrán cristalizarse en el mediano plazo.
Recomiendan “poner fin a la carrera por firmar
tratados de libre comercio” pero inmediatamente después también
recomiendan voltear a China y consideran muy viable insertarnos al nuevo
multipolarismo que esa nación encabeza para acabar diciendo “voltear hacia nuestra América Latina y ―a
la luz de los nuevos esquemas de cooperación económica y financiera que están
desarrollándose en la UNASUR y la ALBA-TCP― valorar la viabilidad de una
integración regional basada en la cooperación y la solidaridad, que podría
convertirse en vía ancha para que nuestra Patria Grande cruce unida los
umbrales del desarrollo” y ya puestos en la realidad esas son cosas que ya
se están haciendo y que tampoco han dado frutos (bueno sí una concesión fallida
a una empresa ferroviaria que se canceló por una “intolerable” situación de
aparente corrupción)
En cuanto a cómo financiar el
desarrollo económico, otra retahíla de buenas intenciones que dicen ellos
elevará la recaudación fiscal hasta en 10 puntos porcentuales, pero que cuando
menos desde 1990, pese a ser demanda hasta de ellos mismos (Carlos Salinas y su equipo) no se
aplicaron pues significaba retirar canonjías a los que los colocaron ahí, es
más aun en la más reciente “reforma fiscal” grandes grupos de
contribuyentes quedaron al margen; grandes huecos de “oportunidad” fueron
dejados abiertos para que sus verdaderos cuates, lograran a través de ellos
seguir eludiendo y evadiendo.
Indudablemente se requieren más
recursos para el desarrollo social de los mexicanos, indudablemente hay grandes
contribuyentes que con la venia de nuestros legisladores y jueces simplemente
no contribuyen, pero corregir eso significa que simplemente el descontento
cambie de lugar y a “el gobierno” no le interesa echarse como enemigo a los que
con un manotazo los pueden quitar.
Sin embargo cuatro de los ocho
puntos propuestos me atrajeron pues los accionistas de las empresas no pagan
ISR (en virtud de que ya lo pagó la empresa); las ganancias bursátiles
simplemente se alega qué pasaría con las pérdidas; las herencias y las grandes ganancias
de capital de las personas físicas pues son producto de la ilegitimidad que
inicia precisamente en 1983 y que coloca en ese vértice de impunidad a ese
grupito de comparsas.
Puedo coincidir en todo, es
indispensable hacer mucho de lo que ahí se plantea, bajo el inexorable panorama
de que estamos en un mundo globalizado y de ahí no nos podemos salir; pero porque
no pensar en que desde 1983 se han generado inmensas fortunas amparadas en el
camino que decidieron seguir “el gobierno” y sus comparsas; que
esas inmensas fortunas son producto del trabajo de millones de mexicanos y son
un capital ilegítimo que puede servir de semilla para iniciar una nueva etapa
de desarrollo nacional real, simplemente expropiándoselas a los “ilegítimos”
dueños, para hacerlas llegar a los “legítimos” a todos los mexicanos.
Empecemos pues como dicen los
economistas, por cambiar de fondo la perspectiva del desarrollo y reconozcamos
que con esas enormes fortunas hechas al amparo de la ilegalidad, México puede
tener una perspectiva mejor.
Aunque también podemos decretar que hay que crecer pues "faltaba más" y ya.
SALUD
Por cierto, un gran esfuerzo sin
duda de las instituciones: UNAM, IPN, UAAAN, COLMEX, UAM, U. Panamericana,
INCMN, CIESAS, INACIPE, UDG, UV, UIA, UQROO, ITESM, FLACSO, ITESO, CIDE, BUAP,
UACH, UACM, UdelaSalle, INIFAP, UABCS, COLEF, UMICH, CIAD, UACJ, UABC, CMQ,
UATx, COLSON, UAS, UJED, UADY, CQM, UASLP, UIA, UAEH, UAZ, INAH, UNICACH, de los
firmantes, de José Luis Calva que coordinó pero muy especialmente del equipo
redactor que logró un documento entendible.
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