Les platico una anécdota: hacia principios del presente siglo quedé desempleado del gobierno federal (bendita democracia) y decidí emprender por mi cuenta, establecí una papelería que facturaba en principio 300 ó 400 mil pesos al mes. Un día llegó un representante de Sabritas y me dijo que: me dejaban todas las bolsitas Hoy hoy yo quisiera y que yo no tenía que pagar nada, que ellos se encargaban cada semana de dotar y redotar y qué me cobraban exclusivamente lo que se había vendido, les entregué mi constancia de situación fiscal y mi RFC y me dijeron que ellos facturaban todo lo que yo necesitara. Cada vez que hacían el cambio yo recibía un papelito y, casualmente, nunca coincidió con mis datos fiscales, tras seis, siete u ocho semanas les avise que ya no necesitaba su producto, que recogieran todo lo que quedaba y me dieran mi cuenta. Unos meses después comentando con un comerciante (bastante más que pequeño) de la zona me dijo que a él le pasó muchos años con Bimbo y otros reparti...
Esto no es un herror, es un orror pero observa por qué