Un discurso de odio
dicen por ahí, aunque en sí (desde 2003) el discurso de López Obrador es más
bien claridoso e incómodo (especialmente para los que ven reflejado en ese
discurso, su proceder), ácido, irritante por su parsimonia (aunque en ocasiones
hablar pausado es sólo síntoma de que se busca el término más adecuado para
decir lo que se está pensando decir), el discurso es desafiante, retador, busca
la provocación de una reacción y lo consiguió, fue un discurso dirigido para
gestar un cambio de conciencia, en amplias franjas de la población hasta ese
momento adormilada aunque sujeta a esos problema que escuchaba.
Gasto excesivo de
recursos dicen otros, pero algo que está claro es que el uso de recursos en
los actos de campaña de López Obrador fueron muy austeros, yo apenas estuve en
unas decenas de esos eventos y asistí por voluntad propia (como muchos de los
que ahí estábamos) no recuerdo en ninguno de esos actos la entrega de alimentos
o dinero a cambio de la asistencia, si acaso en dos observé personas anotando
la asistencia y nunca me tocó camiseta o banderín (aunque seguramente los hubo)
Entre sus atacantes de redes sociales, la mayor crítica es que
gasta y pretende seguir gastando
recursos públicos (que vive del presupuesto público, mientras ataca al
régimen) quizá tengan razón, cuando uno vive de un presupuesto el que sea, la
mejor manera de conservar el estatus es no atacar la fuente de ingresos, así,
en una familia, cuando pretender criticarla debe ser cuando tengas capacidad de
mantenerte o en una empresa, cuando vas a denunciar algo, será cuando te vayas,
pero entonces ya no tiene caso que critiques o denuncies.
Una sociedad se hace desde adentro y debemos recordar que
una pareja, una familia, un grupo organizado (son sociedades), una empresa, sin
disidencia no sirve, las estructuras partidistas deben su nombre precisamente a
eso a la partición interna y externa, los grupos humanos (todos) se hacen de
las diferencias (excepto en México del priato en donde las disidencias éramos estigmatizadas)
Hoy a casi un año del proceso electoral federal del 2012 y más
de siete del anterior, “periodistas” como Ricardo
Alemán, Eduardo Ruiz Healy, Óscar Mario Beteta (que por cierto en
2006 usó el micrófono de su “noticiero” para llamar a matar a López Obrador) y otros “distinguidos”
miembros de esa comunidad siguen “pensando” ya sea por convicción o por
convencimiento interesado, que la violencia social es causada por López Obrador,.
Hace unos días en su espacio radiofónico de Imagen el “señor Alemán” en referencia al
conflicto de Ceteg y su manifestación sobre la “autopista del sol” dijo casi a
la letra “son fanáticos seguidores de AMLO que lo único que buscan es un muerto
para martirizarlo”.
Repito una sociedad plural está compuesta por una pluralidad
de formas de pensar, comunicar, expresar, manifestar y señalar; México es quizá
sólo por debajo de China, la sociedad más plural del mundo (en cuanto a sus raíces
originarias) y quizá sólo por debajo de Estado Unidos por su componente global;
México es seguramente un crisol (como lo reconoce su Artículo 2º de la
Constitución) y hay voces disidentes, hay quienes pensamos diferente (como
siempre hubo) pero ahora podemos expresarlo de manera libre.
Casi 100 años de sometimiento, generaron una sociedad muy
desigual que está muy insatisfecha con las condiciones actuales y que no cree
en el paraíso que nos promete el gobierno actual.
En general, el discurso de odio viene de los que se sienten
agredidos en su staus quo, de los que ven en la reacción social un componente
para el verdadero cambio u observan en esos brotes de violencia una amenaza a
la “estabilidad”
de que son beneficiarios, la diferencia entre ese discurso de odio que ellos
generan y propician y el que dicen que López Obrador sostiene, es que ellos
cuentan con un micrófono y un público cautivo al que se dirigen de manera
impune, que ellos son beneficiarios de una concesión del estado mexicano (es
decir de nosotros) para dispersar su odio hacia una persona y con ello hacia
todos los que NO PENSAMOS o ACTUAMOS conforme a su norma.
La diferencia entre el dispendio de recursos que dicen se
observó en las campañas electorales de López
Obrador y el que ellos hacen es que se escuda en el sistema de libertad de
expresión (al que parece sólo ellos tienen derecho) pues los otros los que no
pensamos como ellos NO PODEMOS hacerlo, no debemos hacerlo, lo tenemos
prohibido por ellos.
Finalmente e uso de recursos públicos al que con tanta
frecuencia hacen referencia, sólo recordarles eso, el espectro radioeléctrico,
por el que se transmiten las señales ES PÚBLICO, es decir, es de todos los
mexicanos.
SALUD.
SALUD.
Comentarios
Publicar un comentario